Riba-roja d'Ebre inicia la legislatura con el reto de gestionar el polémico depósito de residuos industriales

El municipio de Riba-roja d'Ebre ha iniciado la legislatura con el reto de gestionar el polémico depósito de residuos industriales no peligrosos y el centro de valorización de las Valls. El alcalde que autorizó la construcción, Antonio Suárez, ha revalidado el cargo ampliando a la mayoría absoluta de cinco a seis concejales con una candidatura independiente (Més Riba-roja d'Ebre) después de que abandonara el PDeCAT. El alcalde de Riba-roja sacó adelante el proyecto del vertedero a pesar de la oposición de sectores del territorio, de otros municipios de la comarca y de la Generalitat.

A la toma de posesión, Suárez admitió que el actual es un «momento atípico» con un «clima de convivencia comarcal enrarecido». Según el alcalde, otros municipios superaron «ciertos límites» pero hizo un llamamiento a restablecer el diálogo con los municipios de la zona y también con la Generalitat, siempre bajo la premisa de respeto a la autonomía municipal.

«Hacen falta una acción supramunicipal conjunta y una única localización empresarial para el Norte de la Ribera coliderada por los Ayuntamientos de Flix, Ascó y Riba-roja para hacer frente al cierre de la nuclear», dijo. De cara al año 2030, el cierre anunciado de los dos reactores nucleares de Ascó supondrá la pérdida de mil puestos de trabajo y Suárez defiende no excluir ningún sector económico para hacer frente e impulsar el desarrollo de la comarca.

Suárez defendió el depósito y dijo que la consecución del proyecto supone «un cambio de paradigma en la gestión municipal». Según el alcalde, el aumento de ingresos que supondrá tendría que permitir sanear las cuentas municipales y aumentar las inversiones así como bajar impuestos. Suárez puso énfasis en el reto «de implementar un proyecto que marcará toda una generación» y defendió que el proyecto del vertedero está «al servicio del país».

«El equipo de gobierno confía de nuevo en la complicidad de los nueve concejales para hacer bien las cosas y hacer respetar el pueblo por todo el país», dijo. El partido de la oposición se comprometió a hacer una oposición «correcto y responsable» e insistió en que haría falta un gobierno de unidad entre los dos partidos para «contrarrestar lo que les viene a encima» porque el movimiento contrario al depósito «no ha acabado todavía». El depósito y el centro de valorización de las Valls está actualmente en construcción y tiene que entrar en funcionamiento el 17 de julio para cumplir con la licencia ambiental de la Generalitat.