Incendio de la Ribera de Ebro
Un afectado por el incendio: «Vivimos de la agricultura y nos lo han cogido todo. Ha quedado todo churrascado»
El rastro de las llamas deja un paisaje desolador a ambos lados de la C-233 entre Flix y Bovera
Un afectado por el incendio: «Vivimos de la agricultura y nos lo han cogido todo. Ha quedado todo socarrado»
El incendio de la Ribera de Ebro, el Segrià y las Garrigues no ha afectado núcleos habitados, pero si varias masías, fincas y granjas que, en algunos casos, han sufrido quantiosos daños por el paso de las llamas. Coincidiendo con la estabilización del incendio, varios vecinos y propietarios de fincas han podido comprobar los efectos del fuego por primera vez este sábado por la noche.
Uno de ellos es Cristian Filella, que vive en Flix y tiene fincas en la Palma d'Ebre. Durante tres días Cristian dice que se ha sentido impotente, mirando vídeos e imágenes en casa, y llorando. «Nosotros dependemos de la agricultura y nos lo han cogido todo. No sé si se llegará a entender el daño y la magnitud del fuego, pero aquí vivimos de eso», lamenta emocionado.
Los servicios de emergencias han permitido a algunos afectados acceder al interior del perímetro para comprobar los daños y dar comida y beber a los animales con la condición que regresarían antes de la medianoche.
Cristian Filella es uno de los que no ha deja escapar la oportunidad y ha podido poner fin a tres días de angustia y de incertidumbre. Después de acceder a la Palma d'Ebre desde Vinebre, este vecino de Flix se ha llevado un golpe duro cuando ha comprobado los daños ocasionados por el incendio. «Esperamos alguna ayuda o alguna cosa, porque se ha ido todo a la mierda. Tengo la carne de gallina», reconoce.
Que te quiten aquello de que dependes es muy fuerte. Imagina que ahora tú te quedas sin nada», lamenta. Cristian opina que será muy difícil volver a empezar de cero aquello que ha heredado de los padres y los abuelos. «Que de repente te lo quiten es muy lamentable», insiste.
El paisaje que se divisa desde la carretera C-233 entre Flix y Bovera demuestra la extensión del incendio. Los campos y árboles ennegrecidos y los parajes cubiertos de ceniza se extienden a ambos lados de la vía, sólo rotos por las clapas sin quemar. Y es que en medio del paisaje desolador sobresalen cultivos, masías y construcciones que no se han visto afectadas. No todas han tenido la misma suerte y se ven construcciones y maquinaria calcinadas.