Los campesinos afectados por el fuego reclaman al Gobierno ayudas económicas urgentes

Más de 200 campesinos, ganaderos y otros afectados por el incendio se han reunido este martes por la tarde con el vicepresidente del Gobierno, Pere Aragonès, y la consellera de Agricultura, Teresa Jordà en Flix (Ribera d'Ebre). Los agricultores tienen claro que el plan de choque pasa por una línea de ayudas directas, urgentes y a fondo perdido y una agilización de la burocracia. Aragonés y Jordà se han comprometido ha crear una oficina técnica sobre el terreno que centralice las peticiones. «Fuera de burocracia y seguramente querrá decir que tenemos que enviar peritos ya, para que si podemos hacerlo en dos semanas no sean tres y tenemos que ser capaces de personalizar cada caso», ha asegurado la consellera. «Las líneas de apoyo que pueda haber, tienen que ser con el menos papeleo posible», ha añadido Aragonés.

Los campesinos, ganaderos y otros afectados por el fuego de la Ribera d'Ebre han podido trasladar todas sus inquietudes y peticiones al Gobierno, a quien representaba este martes sobre el territorio el vicepresidente Pere Aragonès y la consellera Teresa Jordà. «Propuesta en firme no hay ninguna pero se nos ha venido a escuchar. Veremos cómo acaba todo pero de entrada lo consideramos una cosa positiva», ha remarcado Pau Ciuraneta, campesino de la Palma d'Ebre.

Más organización, ampliar las zonas de riego de apoyo, menos burocracia, ayudas económicas urgentes, gestionar los bosques quemados para que no se conviertan «en zonas desérticas», ampliar de las ayudas de las zonas desfavorecidas, rebajar los módulos de la renta, las PAC o debatir si conviene declarar zona catastrófica el espacio afectado por el fuego, son muchas de las otras actuaciones que se han trasladado al Gobierno.

Las subvenciones a fondo perdido y urgentes son la prioridad para todos los afectados. «No sé si entendemos el sector. Hoy derramábamos manguera en casa, la que se nos ha quemado. Tenemos que enfrentar una campaña con ingresos cero y no sé si nos podemos esperar hasta final de año», recordaba Ciuraneta. «No vivimos de palabras ni especulaciones, vivimos de realidad», añadía Enric Prunera, campesino de Flix.

A Prunera se le han quemado 15 de 20 hectáreas de cultivo de olivo. En concreto 2.000 olivos, con un coste estimado para rehacerlo de cientos de mils de euros. «Hace falta un plan de choque urgente. Hay mucha gente afectada y tendremos costes a los que tenemos que hacer frente ya. Son facturas y pagos que nos caen y sin cosecha en expectativa, no les podemos pagar», ha señalado.

Sin ayudas directas, se sienten vendidos y abandonados a manos de bancos y entidades que consideran «buitres». «Si no se da dinero a fondo perdido y tenemos que ir a reclamar a entidades bancarias dinero que tenemos que devolver, no habrá ningún campesino que eso lo coja porque saben que, no sólo nos colgamos nosotros, sino que colgamos a las generaciones que vendrán detrás porque no continuarán», ha lamentado. De hecho, Prunera reconoce que ha trabajado para que sus hijos busquen profesiones alternativas a la suya. «Yo sabía que llevaba una droga en la vena que no quería transmitir a mis hijos porque no quería que pasaran una vida igual de amargada como la que he pasado yo», ha sentenciado.

Jóvenes campesinos como Ciuraneta también lamentan el modelo y las trabas que se ponen a la juventud para dedicarse al sector primario. «Se tiene que rectificar. La nueva legislación de espacios agrarios no se puede quedar sólo en zonas de cultivo. Legislamos los núcleos urbanos del medio rural como diez manda y como el área metropolitana manda», ha reclamado. «Nos falta organización y colaboración. Le he dicho a la consellera que queremos ser su fuerza, pero falta un diálogo importante entre administración y campesinos», ha añadido.