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El depósito de residuos de Riba-roja d'Ebre ya está a punto

El alcalde Antoni Suárez se muestra satisfecho que se hayan cumplido los plazos

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El depósito de residuos industriales no peligrosos ya está en disposición de empezar a operar en Riba-roja d'Ebre. La empresa Lestaca ha presentado la declaración responsable a la Agència de Residus de Catalunya (ARC) y da cuentas de haber cumplido con todos los requerimientos de la autorización ambiental, que expiraba este miércoles. Las obras se han hecho en tres meses, a pesar de ser un proyecto con más de once años de tramitación. El Departament de Territori y el Consell Comarcal de la Ribera d'Ebre buscaron resquicios para pararlo a través de la revisión del permiso ambiental.

Lestaca ha construido el primero de cuatro vasos, con capacidad para 1,29 millones de metros cúbicos de residuos. En la planta de selección y prensado se moverán 15 toneladas por hora, 250.000 toneladas de residuos cada año.

El alcalde de Riba-roja d'Ebre, Antoni Suárez, ha mostrado la satisfacción del consistorio «por el ritmo en qué ha avanzado la obra», por el hecho de que el depósito ya esté preparado para entrar en la fase de operación y de explotación, y para que se hayan cumplido «todos los requerimientos» de la autorización ambiental, que expiraba este miércoles, 17 de julio. «Ha permitido disponer de una infraestructura que está al servicio del país», ha recordado al alcalde.

El Ayuntamiento tiene plena confianza en «el buen funcionamiento» del depósito y señala que son «los primeros interesados en qué se hagan bien las cosas para que todo el mundo pueda estar tranquilo». «He sido director territorial del Departament que tiene la competencia de este tipo de infraestructuras y sé cómo se trabaja, conozco el Departament y sé que hay grandes profesionales que hacen cumplir unos estándares de calidad en Cataluña por encima del resto del Estado. Cumplimos sobradamente con la normativa europea, confío con el trabajo del Departamento de Territorio y nos aporta tranquilidad», ha dicho Suárez.

El depósito controlado de residuos tipos II (no peligrosos) y el centro de valorización de la zona de las Valls ha requerido unos trabajos a contrarreloj, durante los cuales se han movido 340.000 metros cúbicos del suelo para construir las instalaciones. El primer vaso se ha hecho sobre suelo arciloso y dispone de cinco capas de impermeabilización y de una red de drenaje, tanto de los gases como de los líquidos que puedan surgir de la descomposición. Estos lixiviados se recogerán en una balsa construida en el mismo paraje y se tratarán en una depuradora, que será de osmosis gracias a la revisión de la autorización ambiental. En una segunda balsa se recogerán las aguas pluviales del valle para que no entren en el vaso, cumpliendo también con requerimientos medioambientales y para evitar costes extra en tratamientos.

La deposición en el vaso se hará en capas, que se compactarán y se taparán cada día con tierra para evitar malos olores y problemas sanitarios. En la entrada de las instalaciones está el centro de valorización, que cuenta con una línea de selección y una línea de prensado. En esta nave se seleccionarán las fracciones no reciclables que se depositarán en el vaso y el resto de elementos valorizables se enviarán a plantas de compostaje y otros centros de valorización de papel, plásticos, metales u orgánico.

El polémico proyecto se empezó a gestar el año 2008 con un primer convenio entre la empresa Urbaser y el Ajuntament de Riba-roja d'Ebre. El año 2012 obtuvo la declaración de impacto ambiental favorable, y el año 2013 la autorización urbanística. El proyecto quedó paralizado hasta el 2018. El consistorio entró en litigio con la empresa hasta que la compañía leridana Griñó adquirió el 50% de los derechos y constituyó, con Urbaser, la sociedad Lestaca para explotar las instalaciones. A final del año pasado se hacía efectiva la compra de los terrenos a las Valls y el Ajuntament otorgaba la licencia de obras a pesar del alboroto y la oposición a que el proyecto ha generado ahora a la Ribera d'Ebre, con la mayoría de los alcaldes de la comarca en contra y con la presión del Gobierno buscando vacíos legales para detenerlo.

Los alcaldes han preparado un contencioso administrativo contra el proyecto mientras que la Conselleria de Territorio y Sostenibilidad ha revisado a fondo todos los procedimientos referentes al vertedero y destituyó Suárez como director de los servicios territoriales del Departamento al Ebro.

La Generalitat anunció este miércoles que se dan diez días para inspeccionar el depósito y decidir sobre la revisión de la licencia ambiental que lo podría hacer inviable. El delegado del Gobierno en las Terres de l'Ebre, Xavier Pallarès, reveló que inspectores de la Generalitat ya revisaron, este martes, las obras en el camino de acceso en el vertedero. «Esta inspección se encuentra dentro de la normalidad», ha recordado Suárez. Aun así ha reconocido que no es habitual que se haga con tanta celeridad. El alcalde desconoce si ya se puede empezar a trabajar y cuáles son las intenciones de la empresa.

El Ajuntament de Riba-roja d'Ebre confía en la colaboración de Departament de Territori y Sostenibilitat ante una infraestructura que el municipio «pone a disposición del país» y que consideran que ya ha empezado a generar «contraprestaciones» positivas al pueblo, con más actividad en los comercios y a los servicios y la creación de 14 puestos de trabajo. Lestaca también anunció una segunda inversión, con una planta de despolimerización donde trabajarán una treintena más de personas. También se han comprometido a crear una carretera en el camino de Maials e implantar una red de regadío que abastecerá 130 hectáreas del término municipal.

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