Medio ambiente
Dos parejas de aguilucho lagunero vuelven a criar en el Parc Natural del Delta después de cuatro décadas
La especie rapaz dejó de nidificar en esta área en los años sesenta probablemente por la acción de los cazadores
Un ejemplar de aguilucho lagunero occidental avistado en el Parc Natural del Delta de l'Ebre.
Elaguilucho lagunero occidental ha vuelto al Delta de l'Ebre después de cuatro décadas. Técnicos del Parc Natural han identificado los nidos de dos parejas de esta especie rapaz diurna después de observar repetidamente «vuelos nupciales» en la zona de Vilacoto y la Ensanyissada. También se ha observado los machos llevando presas hacia las cañas donde habrían nidificado. Elaguilucho lagunero occidental desapareció drásticamente del Delta en los años sesenta, se sospecha que a causa de «prácticas ilegales» para cazarlos, por la ingestión de perdigones de plomo y por el uso de cebos envenenados. Desde el Parc Natural celebran la recolonización de esta ave en el Delta de l'Ebre como especie reproductora.
La confirmación de la nidificación de los aguiluchos laguneros en el Delta ha tenido lugar a principios de julio, cuando se han avistado dos crías en la Encanyissada y Vilacoto. Elaguilucho lagunero es un ave de rapiña diurna de tamaño medio vinculada a zonas húmedas. Hasta a principios de la década de los sesenta era una especie nidificante abundante en el Delta, con cerca de una veintena de parejas. Entonces, la población reproductora local sufrió una bajada catastrófica, que afectó también al global de la población europea, y a principios de los años ochenta ya sólo se conocían dos parejas nidificantes. En el Delta se extinguió.
En la década de los noventa aumentaron de nuevo las poblaciones migradoras e invernales de escarba comuna, que han llegado a superar los 500 ejemplares los últimos diez años. El registro más alto fue el invierno de 2017 con 607 ejemplares. También se mantuvo un pequeño cupo de pájaros inmaduros veraneantes que no llegaban a reproducirse (siempre menos de 5 individuos). En Cataluña, sólo en la plana de Lérida se recuperó la población reproductora, donde actualmente habitan unas 200 parejas reproductoras.
La principal amenaza ahora son las transformaciones agrícolas que afectan a las áreas de caza en torno a las zonas donde nidifica. Se teme que el uso todavía habitual de perdigones de plomo en las zonas cinegéticas de los arrozales pueda interferir negativamente en el asentamiento de potenciales nuevos reproductores.