La rana toro, una especie invasora a un paso de desaparecer del Delta de l'Ebre

Los técnicos del Parc Natural del Delta de l'Ebre confían poder dar por erradicada la rana toro el verano que viene. En otoño hará un año que no se detecta ningún ejemplar adulto o cabezudo ni se los escucha croar pero dejarán pasar un nuevo ciclo reproductivo para asegurarse. El confinamiento del núcleo infestado, con una valla física que se construyó a contrarreloj, fue la clave para aislar los ejemplares que algún particular liberó en la zona del filtro verde y que se reprodujeron. También se salinizó el espacio. Esta especie tiene poca resistencia al agua salada. Ahora se hacen muestreos de ADN ambiental que permiten detectar si quedan ranas toro sin avistarlas ni capturarlas.

En julio del 2018 saltaban una vez más las alarmas en el Delta de l'Ebre con la detección de ejemplares de rana toro que, por primera vez en el estado español, se habían reproducido en un espacio natural protegido. Renacuajos de rana toro, originaria de la Norteamérica, se encontraron en más de 900 entre en julio y en agosto del año pasado. Se trataba del enésimo grupo de invasores a que se tenían que enfrentar los técnicos del Parc Natural pero esta vez se han conseguido resultados contundentes y positivos.

Una valla terrestre de más de seis kilómetros y la salinización de los espacios húmedos al núcleo infestado del filtro verde del Delta han sido determinantes para evitar la propagación. La erradicación pero no se dará por buena hasta que no pase otro ciclo reproductivo, de cara el próximo verano. «Tiene que pasar un año sin que se detecte ningún ejemplar», ha recordado la técnica del Parc Natural del Delta de l'Ebre, Nati Franch. Aun así, se sienten muy satisfechos por los resultados conseguidos. «Se ha hecho aquello que hacía falta, en el momento adecuado. Ahora continuarán las tareas de vigilancia para asegurarnos de que no queda ninguna rana», ha añadido.

Contener una especie invasora en el Delta es «muy complicado» y más si se trata de un anfibio que se puede mover por el agua y, hecha la metamorfosis, por el suelo. «Teníamos que adelantarnos. No podemos sólo aislar en el agua». De hecho, como ha apuntado Franch, con la valla ya hecha, se encontraron ejemplares de rana toro de un año de edad fuera del perímetro de confinamiento. «Salieron antes de acabar de hacer la valla y echamos una campaña extra de muestreos intensivos y de salinización. Desde entonces no hemos encontrado nada más», ha explicado la técnica del Parc.

La técnica del ADN ambiental facilita el trabajo y garantiza que el espacio esté limpio de estos anfibios exóticos sin tener que avistarlos. A través de muestras de agua se puede detectar la presencia de este invasores y de momento, los resultados son también negativos.