Mediambient
La Generalitat impulsará pruebas piloto con sedimentos para frenar la mosca negra en el Ebre
Los resultados de las investigaciones del IRTA sobre la relación entre la plaga y el estado ecológico del tramo final del río servirán de base para las actuaciones
Las investigaciones del IRTA sobre la relación entre el estado ecológico y la calidad del agua del tramo final del Ebro con la explosión de la mosca negra serán la base para impulsar pruebas piloto que ayuden a frenar el avance de la plaga. Después de reconocer que esta ha sido una de las peores temporadas que se recuerdan, el delegado del Govern en las Terres de l'Ebre, Xavier Pallarès, ha anunciado en el marco de la comisión de seguimiento que estas actuaciones se podrían implementar a partir del próximo año, de forma complementaria a los tratamientos con larvicida. La idea sería equilibrar el estado actual del río con avenidas que arrastren sedimentos depósitos al cauce con este objetivo. Eso, según ha apuntado en numerosas ocasiones el investigador del IRTA, Carles Ibáñez, permitiría reducir la población de macròfits donde proliferan las larvas, además de ayudar a mantener el Delta.
El estudio que Ibáñez y el ecólogo Josep Peñuelas publicaron a Science este pasado mes de agosto ha hecho abrir los ojos a los responsables del Govern, que ahora apuesta para que el IRTA se implique de forma activa en esta lucha. El mismo Ibáñez, acompañado del responsable del centro del IRTA de Sant Carles de la Ràpita, José Miguel Campos, han participado por primera vez en la reunión para exponer los resultados de sus investigaciones y su posible translación práctica. También lo han hecho los representantes de la Plataforma de Plataforma d'Afectats per la Mosca Negra, para conocer de primera mano la situación actual y las nuevas propuestas.
La idea sería empezar a efectuar las pruebas piloto, a partir del próximo 2020, de forma paralela a los tratamientos con el larvicida biológico BTI que se efectúan en varios puntos a lo largo del tramo final del río. Concretamente, se estudiaría la posibilidad de efectuar avenidas puntuales que arrastren acumulaciones de sedimento depositadas con este objetivo al cauce del río. También extraer los barros que se encuentran en el fondo del pantano de Riba-roja para que fueran arrastrados por la corriente fluvial.
La fuerza de las avenidas puntuales de primavera y otoño, que ayudan a limpiar el cauce de macrófitos, y el enturbiamiento del agua permitiría contrarrestar los efectos que, durante las últimas décadas, ha tenido la instalación de depuradoras a lo largo del río. Aunque han contribuido, por una parte, a mejorar algunos aspecto de su calidad, la importante presencia de fósforo y la gran transparencia del agua han ayudado a hacer crecer las plantas acuáticas que utiliza la mosca negra para reproducirse.
«Es un proyecto interesante, que se tiene que poner a estudiar, valorar y no dejar caer en un saco vacío», ha manifestado Pallarès. Según ha explicado Pallarès, el COPATE, el organismo encargado de la respuesta técnica contra la plaga, ve buenos ojos la implicación del IRTA en este ámbito. De momento, sin embargo, el delegado del Govern no ha concretado como se podría materializar estas actuaciones que, por otra parte, requerirían la implicación y el visto bueno de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) y la administración del Estado. De hecho, este año las avenidas se han reducido y, en el contexto de sequía actual, el caudal del tramo final del Ebro se mantiene bajo mínimos. Según Pallarès, la Agència Catalana de l'Aigua mantiene conversas con la CHE para garantizar e incrementar estas maniobras.
Esta situación del río, sumada a la climatología, han sido, según el delegado del Govern, los aspectos fundamentales que han contribuido este año a cerrar la campaña de la mosca negra «como uno de los peores años». «No tanto por el tratamiento sino por como ha afectado», ha precisado, precisando que los número de personas tratadas en centros sanitarios ha sido en la línea habitual de los últimos años. Pallarès ha seguido lamentando que la Generalitat tiene «poca capacidad» a la hora de poder incidir en las decisiones de regulación del río, que ayudarían a adelantar los tratamientos, hacerlos más efectivos o, como ya se ha apuntado, contribuir a frenar la plaga.
A pesar de que la exposición del IRTA mujer, en buena parte, respuesta a los interrogantes que plantea el Govern en este terreno, Pallarès ha reiterado que sigue apostando por un estudio que defina cómo se puede mejorar el ataque contra la plaga. Reitera que no es una cuestión estrictamente de recursos, aunque los técnicos se han quejado de forma reiterada de la falta de dinero para poder iniciar los tratamientos al momento idóneo. Este año se han retrasado hasta finales de abril y sus efectos se han dejado notar más que nunca. El responsable del Govern se justifica asegurando que con presupuesto y gobiernos diferentes según los años se ha empezado antes o más tarde por efecto de la climatología o el estado del río.
Convenio pendiente
De momento, el COPATE ha presentado un proyecto con argumentos para pedir a la Generalitat que aporte más recursos por este combate del cual se hará seguimiento durante los próximos meses. Según Pallarès, la aportación de la Generalitat es de 674.000 euros, que se suman a los 100.000 de la Diputació de Tarragona y 40.000 de la de Lérida para luchar contra todas las plagas, incluida la del mosquito en el delta del Ebro.
El compromiso, detalla, es estudiar si estas aportaciones, por parte de todas las administraciones, se pueden incrementar. Pero con los presupuestos de la Generalitat prorrogados el escenario se complica. Incluso la disponibilidad de este dinero cada temporada. Alcaldes y técnicos siguen reclamando un convenio plurianual que evite complicaciones de acceso a los recursos al momento de iniciar los tratamientos. «Nuestra voluntad es hacer un convenio el tiempo más largo posible», sostiene Pallarès, asegurando que la Generalitat siempre ha acabado respondiendo. «Cuando tengamos los presupuestos aprobados», ha precisado.