Los delegados sindicales del Ebro se forman para exigir planes de igualdad de género en el territorio

La mayoría de las empresas ebrenses no tienen planes de igualdad de género. Los delegados sindicales del territorio se han empezado a formar para exigir que se implanten, ahora que se obliga a tener en las empresas con más de cincuenta trabajadores. En los territorios rurales, como es el caso de las Terres de l'Ebre, el predominio de sistemas patriarcales y machistas hacen que las políticas de igualdad de género lleguen tarde a las empresas. Desde el sindicato CCOO denuncian que en sectores como la construcción o los servicios, muchas mujeres en el territorio sufren violencias y discriminación y para erradicarlo también se exigirán los protocolos normativos contra el acoso sexual o en razón de sexo.

Como ha explicado Montse Sanahuja, responsable de políticas sociales de género de la Secretaría de la Mujer de CCOO en Cataluña, hasta ahora sólo las empresas de más de 250 trabajadores estaban obligados a tener planes de igualdad. Este tipo de compañías son mucho minoritarias en las Terres de l'Ebre, «se podrían contar con los dedos de una mano», como ha señalado el secretario general de Comisiones en las Terres de l'Ebre, Marc March.

Este requisito ha cambiado. Todas las empresas de más de 50 trabajadores tienen que ir implementando estos planes paulatinamente y para fiscalizar y velar que así se haga también en las Terres de l'Ebre, el sindicato ha empezado a formar sus delegadas y delegados con el objetivo que conozcan «los derechos y deberes que pueden exigir a las empresas».

Después de una jornada introductoria en Tortosa donde han participado una veintena de representantes sindicales, las formaciones seguirán para profundizar en aspectos concretos como la brecha salarial, la cosificación, el acoso sexual o en razón de sexo en el trabajo, sobre salud y género, violencia machista en el ámbito familiar o colectivos LGTBI, entre otros.

«CCOO es un sindicato feminista y es imprescindible y necesario formar los delegados y delegadas en todas las cuestiones derivadas del género para que dentro de las empresas se pueda intentar aplicar y cambiar las cosas en pro de la igualdad», ha defendido Sanahuja. No hay datos estadísticos territoriales pero la brecha salarial se disparaba en el 2018 hasta el 40% entre mujeres y hombres pensionistas. El factor rural, con sistemas todavía muy patriarcales y tradicionales, incrementa estas desigualdades y frena los cambios dentro de las empresas. «Hace falta un plus de formación en las Terres de l'Ebre para que se pueda incidir en las empresas y prevenir, no sólo poner medidas cuando ya ha habido un problema», ha insistido Sanahuja.

Los representantes sindicales tienen que saber como hacer estos futuros planos de igualdad para que sea una igualdad «real» entre hombres y mujeres en el trabajo y tendrán que incluir aspectos como la protección de aquellas mujeres que puedan sufrir violencia machista en su ámbito familiar. De hecho, se detecta que en algunos sectores en el Ebro, como la construcción o los servicios «la mujer sufre discriminación y violencias» y se tiene que erradicar.

La formación y concienciación llega al territorio también con el refuerzo de figuras sindicales que trabajen en pro de la igualdad de género. En CCOO, Tere Guimerà ha asumido la figura del secretariado por la Mujer. «Tenemos que trabajar para erradicar la mentalidad machista y actualizarnos. El territorio todavía está muy retrasado en este sentido», ha denunciado Guimerà.