Economía
La PDE mantiene su oposición al proyecto del Xerta-Sénia porque se basa en ofrecer agua sin contar con bastantes regantes
El movimiento anitransvasament pide una reunión con la nueva junta directiva de la Comunidad de Regantes
La Plataforma en Defensa del Ebro (PDE) mantiene su oposición al proyecto de regadío del canal Xerta-Sénia, que la Generalitat quiere impulsar definitivamente durante los próximos años, porque está basado en la oferta de un importante caudal de agua, con una infraestructura que llega hasta casi el límite de la provincia de Castellón, sin contar con un número suficiente de regantes que lo utilicen y asuman el coste. En estos términos se ha expresado el portavoz del movimiento antitrasvase, Joan Antoni Panisello, quien después de felicitar al nuevo presidente de la Comunidad de Regantes del Canal Xerta-Sénia, Josep Lluís Gimeno, ha adelantado que pedirán una reunión con la nueva junta directiva para tratar todas estas cuestiones.
La PDE mantiene intactas sus reticencias iniciales ante un proyecto con cifras de dimensiones ingentes: aspira a extender el regadío en unas 16.500 hectáreas de cultivo de secano de las planas interiores del Baix Ebre y el Montsià con una concesión de 72 hectómetros cúbicos anuales. Aunque el Gobierno ha invertido más de 100 millones de euros –dispone ya de la captación, estación de bombeo y algunos tramos del canal principal ya finalizados-, las actuaciones quedaron paralizadas hace más de siete años por falta de presupuesto y de regantes. El pasado mes de mayo, el Departamento de Agricultura licitó el contrato de servicios para la asistencia técnica para el proyecto constructivo del regadío y anunció la voluntad de materializarlo definitivamente en los próximos años.
«Es un canal y una obra imprudente. Para ser efectivo tiene que tener regantes. Y por lo que nosotros sabemos, no tiene», ha abundado Panisello. Más allá de las discusiones sobre la cifra concreta, la falta de un número suficiente de campesinos adheridos que asuman el coste de poner las fincas en regadío es una cuestión central.
Especialmente, después de que experiencias pasadas apunten que administraciones y regantes puedan poner sobre la mesa la necesidad de financiar el proyecto a costa de la venta del agua, mediante un trasvase, en otros territorios que piden. «Llenar un canal de agua, sin regantes, como regadío y de caro Castellón no es suficiente, se tiene que hablar más», ha remachado Panisello, recordando las reiteradas demandas desde el norte de la Comunidad Valenciana de disponer de agua del Ebro a través de una infraestructura que el franquismo diseñó para llevar agua hasta los altos hornos de Sagunt. El nuevo diseño telescópico de la canalización, apuntan, no desvanece estas dudas.
Con la elección de un nuevo presidente y una nueva junta directiva, el movimiento antitrasvase confía abrir un periodo de diálogo «más fluido» que lo que mantuvo con el anterior dirigente, Lluís Cortiella. De hecho, Panisello niega que se opongan en ningún caso a proyectos que puedan beneficiar al campesinado del territorio. «Si el regadío es un bien para el territorio no nos podemos quejar. Pero es una obra mal hecha. Si se quiere poner en marcha un regadío, se hace público un censo de regantes con las hectáreas, polígono y los costes que tienen que asumir, siendo conscientes de los costes, entonces es cuando se puede poner en marcha el canal», apunta. En cambio, poner a disposición 74 hectómetros cúbicos sin un número de regantes suficiente se plantea como una apuesta «utópica». Especialmente, cuando muchos de los propietarios de fincas de las planas interiores se abastecen desde hace años de los pozos del acuífero de la Galera, que se alimenta del agua de los Puertos.
Panisello plantea, en este sentido, otros problemas adicionales en el despliegue del regadío. Como se llevará el agua a unas fincas cuando en medio haya propietarios que no se querrán apuntar al canal. ¿Aquella persona permitirá pasar las cañerías? Son cosas que han quedado muy al aire y que con el anterior presidente nunca conseguimos averiguar», ha añadido, mostrándose optimista ante la posibilidad de hablar encontrar coincidencias con los nuevos dirigentes de los regantes y expresarlas abiertamente las discrepancias.
El nuevo presidente de la Comunidad de Regantes del Xerta-Sénia, que ha asumido el cargo hace pocos días, ha anunciado que comparecerá públicamente la próxima semana para presentarse y dar cuenta de la actual situación del proyecto. Consultado por la ACN, ha asegurado que se está cumpliendo la hoja de ruta marcada hace dos o tres años y que las adhesiones de campesinos «suben». Gimeno también ha querido dejar claro que los regantes no son «contrarios a la PDE» y les ha agradecido su tarea en defensa del río. En este sentido, ha ofrecido «mano tendida» tanto a la Generalitat como con los movimientos sociales en la línea mantener una comunicación fluida con todos los agentes socioeconómicos del territorio.
Para el sector agrario, la puesta en marcha del regadío es fundamental para poder garantizar la continuidad de las explotaciones y de la actividad en esta zona del territorio, tal como manifiestan cooperativas, sindicatos agrarios y asociaciones. La PDE, sin embargo, sigue advirtiendo que su puesta en marcha podría acabar obedeciendo a intereses especulativos de los numerosos propietarios de la Comunidad Valenciana que durante años han adquirido grandes fincas de la plana y que ahora ven como el cultivo de cítricos está hundido y se abre la posibilidad a otros negocios, como el de los aguacates, que requieren un elevado consumo de agua.