Economía
La sequía acumulada volverá a reducir a la mitad la producción de aceite en el Baix Ebre y el Montsià
El sindicato Unió de Pagesos estima en unas 15.000 toneladas la producción de olivas prevista y alerta de los bajos precios
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La cosecha de olivas a la DON Baix Ebre y Montsià se quedará reducida prácticamente a la mitad de una cosecha llena situándose esta campaña en torno a las 15.000 toneladas, según los cálculos de la Unió de Pagesos.
En algunos puntos muy concretos, incluso, las pérdidas pueden llegar al 90% por la persistente sequía. La falta de precipitaciones acumulada y su irregularidad son, según el sindicato agrario, las causas que explican esta nueva caída.
Por si eso fuera poco, los precios han caído en picado, entre otras causas, por la existencia de importantes stocks de la pasada cosecha en Andalucía. Los episodios de viento de las últimas semanas han provocado importantes caídas de olivas al suelo y los productores se apresuran ahora a recogerlas.
Unas previsiones de «cosecha corta y muy cortas de precio», ha valorado al responsable de sectores agrícolas de la Unió de Pagesos, Rafel Verdiell. «Llevamos cinco años de sequía y las cooperativas se resienten», ha añadido. Por si eso fuera poco, las olivas que durante estos últimos días el viento ha dejado al suelo, de calidad inferior, se están pagando en estos momentos a unos 0,16 euros el kilo, una cifra irrisoria, indica.
La caída de los precios, en buena medida, es debida a los stocks acumulados en las almazaras andaluzas. El sindicato, además, se muestra escéptico sobre la eficacia de la medida de almacenamiento privado aprobada la semana pasada por la Unión Europea.
Aunque, sobre el papel, poder retener importantes cantidades de aceite de forma subvencionada durante 180 días tendría que ayudar a regular los precios, proponían al gobierno español destinar los aceites de baja calidad a productos como la fabricación del biodiésel.
De momento, las cooperativas y productores tienen que batallar también contra las condiciones comerciales abusivas que imponen las grandes cadenas de distribución, que siguen utilizando el aceite de oliva virgen como un producto gancho promocional, con ofertas por debajo de su precio de coste, así como situar los refinados al lado de los aceites de soja o girasol, perjudicando la venta de los vírgenes.
«Un producto estrella en los supermercados, acaba siendo banal», lamenta Verdiell, recordando que muchos consumidores todavía no conocen la diferencia entre los diferentes tipos de aceite.
En todo eso, apunta al responsable del sindicato, hay que sumar los aranceles que ha impuesto los Estados Unidos a las importaciones de aceite del Estado español, unas cargas que no sufre el mismo producto de países competidores como Grecia, Italia o Portugal.