Un perito declara al juzgado que Vandellòs II funcionó diecisiete días con un escape en una zona «sensible»

Un perito ha declarado este jueves al juzgado de instrucción número 2 de Reus que la central nuclear de Vandellòs II funcionó durante diecisiete días con un escape en la barrera de presión. Se trata de una zona considerada «sensible», ya que es la parte que controla la temperatura del núcleo, según han apuntado al ACN fuentes jurídicas. El perito ha comparecido en el marco de las diligencias penales abiertas con el fin de aclarar si los responsables de la central nuclear cometieron algún delito por no haberla parado. De hecho, esta es la segunda prueba pericial que confirmaría que estuvo la fuga, después de una primera declaración en abril. El juez tiene que estudiar ahora si llama a declarar algún responsable de la central.

El caso lo denunció hace más de un año la entidad Sociedad Humana, que ejerce de acusación particular. Según los denunciantes, la central se detuvo el 2 de marzo del 2018 para localizar un goteo de agua del circuito de refrigeración y descartar un posible escape en la barrera de presión, pero los problemas habrían empezado el 13 de febrero. Según ellos, a lo largo de 17 días la planta estuvo operando sin cumplir con las especificaciones técnicas de funcionamiento. En la denuncia adujeron que el envejecimiento de los elementos de la central pone en peligro la seguridad de las instalaciones y acusaron a los responsables de la nuclear «de irregularidades» en su gestión, además de ofrecer información sesgada y parcial sobre los incidentes. La Fiscalía, que forma parte del proceso, también ve indicios de delito.

Según han explicado al ACN fuentes jurídicas, la declaración pericial de este jueves confirma las tesis de Sociedad Humana. Tal como han detallado, las especificaciones técnicas de la central marcarían que si hay una fuga de estas características la central se tiene que detener. «Los escapes en la barrera de presión tienen que ser cero, son una parte sensible porque está donde va el agua que enfría el núcleo», han apuntado estas fuentes. Si el agua no puede llegar al núcleo, este se puede calentar demasiado y provocar un accidente muy grave.

Al límite de la vida de diseño

La central nuclear Vandellòs II, situada en Vandellòs i l'Hospitalet de l'Infant, se puso en marcha en agosto de 1987 y la licencia vigente caduca el 26 de julio de 2020. El reciente acuerdo de las compañías operadoras, Endesa e Iberdrola, para solicitar la renovación para un plazo de diez años, hasta julio de 2030, implica que la central sobrepasaría los 40 años de vida útil.

En un comunicado Greenpeace i Ecologistes en Acción denuncian que, desde febrero del año pasado, Vandellòs II ha registrado una serie de incidentes que lo han obligado a parar en cuatro ocasiones, sin considerar la parada por recarga de combustible que fue mucha más prolongada de lo que es habitual. De hecho a día de hoy vuelve a estar parada por una nueva recarga.

Greenpeace i Ecologistes en Acción han recordado que los problemas derivados del paso de los años en las centrales nucleares son muchos, entre ellos el envejecimiento físico de los sistemas, de las estructuras y de los componentes que van en paralelo al envejecimiento tecnológico y conceptual. Según han apuntado los reactores existentes sólo permiten una implementación limitada de las nuevas tecnologías y los conceptos de seguridad. Por eso han reclamado la restitución de los reglamentos y los protocolos de seguridad, como el Reglamento de Instalaciones Nucleares y Radiactivas (RINR) y el Reglamento sobre seguridad nuclear en las instalaciones nucleares, «que han sido modificados estos últimos años sin motivos de mejora para la seguridad, justo cuando el Consejo de Seguridad Nuclear tiene que abordar esta nueva autorización en la cual se superará la vida de diseño de Vandellòs II», han indicado.