Protesta
Los vecinos de Poblenou se movilizan para exigir soluciones inmediatas a «la carretera de la vergüenza»
Lamentan la inacción de las administraciones ante el estado de un vial de uso turístico con una elevada accidentalidad
Los vecinos de Poblenou del Delta han decidido organizarse y movilizarse para exigir soluciones al deficiente estado y la inseguridad que genera la carretera que une este núcleo con Sant Carles de la Ràpita y la zona del Trabucador. Lo han bautizado como «la carretera de la vergüenza» y ya han convocado una marcha lenta para el próximo domingo por la mañana. Exigen a las diferentes administraciones implicadas –los ayuntamientos de Amposta y la Ràpita, la Diputació de Tarragona y el Departament de Territori i Sostenibilitat-, que actúen de forma inmediata y transformen el actual vial en una carretera segura, tanto para los vecinos como para los visitantes. Recuerdan que al menos tres personas han perdido la vida y se han producido 34 accidentes en los últimos tres años.
La Plataforma per la Carretera ha puesto en marcha una campaña para denunciar públicamente el estado de esta carretera y los problemas en el ámbito de la seguridad, la movilidad y la economía que supone. Una situación, recuerdan, que se alarga desde hace más de 30 años, justo cuando el Estado transfirió el viejo vial agrícola. Desde entonces, sin embargo, y a pesar de los proyectos para construir un anillo viario o la inclusión de la vía en el Plan Zonal de carreteras del ente provincial el año 2011 –renombrada ya como T-2021-, se han producido bien pocas mejoras, según recriminan los vecinos. Actualmente, es todavía competencia de los ayuntamientos ampostino y rapitenc.
«Es una de las puertas de entrada al delta del Ebro. Es un motor turístico muy importante. Y es una vergüenza hacia fuera y hacia dentro, aparte de insegura», ha asegurado el portavoz de la plataforma Joan Capilla. La marcha lenta de este domingo por la mañana –con una concentración a dos cuartos de once en Marina Sant Carles- , quiere servir para denunciar que, a pesar de las promesas recientes de los alcaldes de Amposta y la Ràpita así como de la Diputació, todavía no ven como y cuando se concretarán las mejoras. «Queremos denunciar la inacción de las administraciones públicas los últimos años», subraya.
Aparte de las al menos tres víctimas mortales y la accidentalidad durante los últimos tres años, de forma frecuente se producen pequeños choques con roturas de retrovisores y roces. En algunos puntos, apuntan, justo pasan dos turismos, está llena de rasantes y flanqueada por canalizaciones de regadío. Muchos autocares que se encuentran de cara no pueden cruzarse. «Algún día pasará que caerá un autocar con niños, pasará una desgracia mayor y todos echarán pelotas fuera», lamenta Josep Juan Segarra, portavoz de la plataforma. Muchas personas mayores, además, descartan desplazarse en coche durante las noches por miedo a una carretera que no tiene tampoco señalización horizontal y que, durante los días de lluvia, los conductores no pueden ver los límites.
Incoherencia administrativa
En este sentido, Capilla denuncia la «incoherencia» entre la acción pública de promoción del turismo en la zona y a través de este vial con el «peligro» que supone este acceso de entrada en el Delta, con una «concentración elevada de accidentes» y dejada. «Supone un freno al desarrollo económico de la zona», reprocha. Segarra va más allá y recrimina a los ayuntamientos de Sant Carles de la Ràpita y Amposta, que «no hayan hecho el mínimo mantenimiento y señalización» de la vía. «Se está rompiendo la carretera y todavía está peor», remacha.
Sobre el papel, la carretera forma parte del nuevo Plan Zona de la Diputació para el periodo entre 2019 y 2035 que tiene que aprobar el Departament del Territori. Eso tiene que permitir el ente provincial asumir definitivamente la titularidad e iniciar las actuaciones demandadas por los vecinos y usuarios. Este pasado fin de semana, y una vez anunciada la protesta, el diputado provincial y alcalde de Amposta, Adam Tomàs, adelantó que está prevista una partida de 100.000 euros en los presupuestos de 2020 para redactar el proyecto para mejorar esta vía. Los consistorios ampostino y rapitenc han encargado una memoria técnica en Carreteras de la Generalitat y en la Diputació para hacer las mejoras oportunas.
Para los vecinos, sin embargo, eso no es suficiente. Lamentan que el gobierno municipal ampostino haya priorizado arreglar un tramo del camino que baja al Poblenou por la Encanyissada –con una subvención de Turismo- antes que solucionar los problemas de la carretera que une el núcleo con la Ràpita y el Trabucador, por donde circulan unos 1.188 vehículos diarios además de dar acceso a un espacio visitado anualmente para más de 50.000 visitantes. Ante la falta de concreción del calendario y los contínuos cambios de criterios políticos, no ven claro si se empezará a trabajar en breve o se volverá a posponer dentro de unos años.
De momento, se quejan, una de las pocas respuestas a las quejas de falta de seguridad ha sido enviar un radar de tráfico para multar los excesos de velocidad en una vía donde el límite máximo es de 60 kilómetros por hora. «Está bien limitar la velocidad pero acaban castigando los usuarios, los más perjudicados», asegura Segarra, reclamando una carretera en condiciones –piden tres metros por carril y uno de margen- que permita un límite «más aceptable».