Tres monjas de una congregación de Tortosa mueren por la covid-19 en los últimos cinco días
La alcaldesa, Meritxell Roigé, asegura que el resto de religiosas se encuentran estables y aisladas en sus estancias
Sin embargo, la alcaldesa ha explicado que se encuentran «estables», en situación de confinamiento y aislamiento en sus respectivas cámaras. Allí son atendidas por el personal médico de la propia congregación y lo que se desplaza del próximo hospital de la Santa Creu de Jesús, que les hacen un seguimiento continuo.
En el caso de la religiosa de 46 años muerta este miércoles, ha precisado que los servicios médicos creyeron oportuno que se quedara en el mismo convento porque|para que habían las condiciones para poder seguir. Ha recordado que la víctima tenía patologías previas «importantes» y estaba enferma desde hacía más de 20 años, «una situación que no es normal en una persona joven de esta edad».
El pasado miércoles, el delegado del Gobierno en las Terres de l'Ebre, Xavier Pallarès, reconoció la preocupación que genera este foco de contagiadas por el coronavirus en el convento de Jesús. «Están muy juntas, hacían la vida juntas», detalló Pallarès, recordando que en el convento hay acudía gente para cuidarlas y que ellas mismas se solían desplazar a ver enfermos. «Son muy grandes y tienen unos hábitos: será complicado que cambien forma de hacer», añadió.
En Tortosa, aparte de las dos religiosos muertas las dos últimas horas, ha perdido también la vida a un vecino de Jesús de 73 años. Roigé también ha constatado un repunte de las denuncias efectuadas por la policía local por infracciones en el seguimiento de las medidas de confinamiento por el estado de alerta, con el levantamiento de dieciséis actos por parte de la policía local, más de una veintena si se suman la de otros cuerpos. La alcaldesa ha recordado a la población que, a pesar del inicio de la semana santa este fin de semana, siga confinada en su casa para parar la expansión de la epidemia.