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La producción de salinas de la punta del Cuerno se trasladará por mar cuando no se pueda acceder por el suelo

Infundida estudia construir un pantalán y que una pontona permita los camiones conectar con el puerto de la Ràpita

La máquinas trabajando para dar paso a la barra del Trabucador, con las instalaciones de las salinas en el fondo

La producción de salinas de la punta del Cuerno se trasladará por mar cuando no se pueda acceder por el sueloACN

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La empresa que gestiona las salinas de la punta de la Banya, en el delta del Ebro, trabaja en un anteproyecto que le permita trasladar su producción vía marítima en caso de que el acceso de la barra del Trabucador se mantenga intransitable por los temporales de levante. Infundida, que ha destinado 420.000 euros a restaurar el camino estropeado después del temporal Gloria y que ahora se ha vuelto a perder a raíz de los últimos temporales de este marzo, quiere asegurar la salida de su producción de sal con camiones por el puerto de Sant Carles de la Ràpita en estas situaciones. Con este objetivo, estudian pedir los permisos para poder construir un pantalán que permita acceder una pontona cargada con dos o tres camiones hasta la punta de la Banya.

Las obras de emergencia aprobadas por el gobierno español para restaurar la barra del Trabucador no han llegado ni a empezar después de que una orden ministerial las paras el pasado día 16 a raíz de la declaración del estado de alarma por|para la expansión del coronavirus. Desde entonces, unos tres episodios de temporales se han sucedido a la zona borrando, nuevamente, las actuaciones iniciales para restaurar el camino de acceso por parte de la empresa. El acceso por el istmo vuelve a estar por el mar en el último tramo de unos tres o cuatro kilómetros. Según ha explicado al ACN el gerente de Infundida, Joan Sucarrats, la empresa ha tenido que presentar un ERTO para los 60 trabajadores de la plantilla –sólo se mantienen seis para tareas de mantenimiento de maquinaria, cristalización de la sal y oficinas.

El anteproyecto, después de estudiar varias opciones, está en estos momentos en fase de redacción por parte de de la ingeniería barcelonesa Raventós –con todas las limitaciones que impone el estado de alarma y el confinamiento- y la empresa también está ya abordando con los diferentes administraciones implicadas la posible concesión de los permisos para hacerlo posible. Insiste en que esta alternativa para hacer frente eventualmente a la inaccesibilidad por el suelo en las salinas no supone en ningún caso renunciar a la reivindicación de una solución estructural al gobierno español para garantizar la integridad y accesibilidad de la barra del Trabucador.

La idea, según ha elaborado, sería construir un muelle en la parte interior de la punta de la Banya que penetrara aguas adentro de la bahía de los Alfaques hasta el punto que la batimetría permita acceder las pontones. Estos transportes marítimos, que tendrían que poder cargar unas 100 toneladas de peso –entre dos y tres camiones cargados de sal-, requerían entre dos y tres metros de calado por poder atracar sin problemas. Eso obligaría a alargar el muelle varios centenares de metros bahía adentro –hasta 800 o 900 metros- para encontrar las condiciones idóneas, vista la poca profundidad existente en esta zona.

Pontona para trasladar los camiones

Los camiones llegarían sobre la pontona desde el puerto de Sant Carles de la Ràpita –Infundida negocia también con Puertos de la Generalitat la cesión de un muelle en la zona de Marina Sant Carles para poder operar desde allí- y, una vez cargados con la sal, devolverían a la infraestructura portuaria sancarlense con la embarcación de transporte. Infundida estudia la posibilidad el encargar la construcción de una nueva embarcación de este tipo o comprar alguna de segunda mano, de las que se usan habitualmente en grandes obras de infraestructuras marinas en el norte de Europa.

De momento, Sucarrats no se atreve a adelantar el coste que supondría habilitar todo este sistema de transporte alternativo que se pondría en marcha en caso de que los temporales inhabilitaran el acceso terrestre por el Trabucador con el objetivo de mantener la actividad. Cree que el tiempo necesario para hacer las obras no será muy largo –unos tres meses- y la idea es poder disponer efectivamente en octubre, justo antes de que empiecen los temporales del otoño. «Por mucho que rehagamos el camino provisional y Costas haga la inversión que tiene que ser en octubre tendremos un camino precario y con los temporales del invierno, tenemos muchos números que vuelva a desaparecer», subraya.

Sin embargo, la empresa asegura que consciente que al margen del tiempo que puede requerir la adquisición de la embarcación, la tramitación de las autorizaciones, trámites y permisos administrativos para un proyecto de este tipo –tanto por parte del Departamento de Territorio, el parque Natural, el Departamento de Agricultura o la Dirección General de Costas del Ministerio por la Transición Ecológica- no será rápida.

La prioridad inmediata, sostiene, es poder «recuperar la actividad» más allá del estado de alarma y la falta de previsión estatal sobre las obras de urgencia previstas. En este sentido, apunta que si se abre una «ventana de buen tiempo» de unas tres o cuatro semanas volverán a actuar sobre la barra del Trabucador para recuperar el acceso provisionales y la actividad. «Nos ha subido mucho la demanda pero no podemos suministrar: únicamente las sales que distribuimos y no son de Infundida, que representan un 10%. El drama que tenemos es que, poco a poco, perdemos nuestro fondo de comercio», apunta Sucarrats. Aparte, remarca, habrá que ver como acabar la cosecha de este año ante el embate de los diversos temporales esta primavera y la entrada de agua de mar por el Gloria.

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