Los daños del Glòria favorecen la calidad del mejillón del Delta

El temporal Glòria del pasado mes de enero provocó graves afectaciones en el Delta de l'Ebre. Uno de los principales daños causados por la borrasca fue la inundación y desaparición de la playa del Trabucador, que separa la bahía de los Alfacs del mar. Además, cerca de 35 bateas también quedaron estropeadas. Eso provocó que los productores de mejillones, ostras y almejas perdieran prácticamente el 40% de la producción. No obstante, una vez empezada la campaña de moluscos los acuicultores han observado que el 60% restante de la producción es duna mayor calidad que otros años.

«La rotura de la barra del trabucador provocó el aumento de fitoplancton, el alimento de los mejillones que nace de la quinielaentre agua dulce y agua salada, y eso ha engordado más el mejillón y antes de tiempo, dándole más sabor», explica Miguel Carles, presidente de la Federació de Productors de Mol·luscs del Delta de l’Ebre. Además, «también ha provocado que los moluscos se reproduzcan más», asegura Carles.

La mejora de la calidad de los mejillones no ha sido la única consecuencia positiva del temporal. El presidente de la federación de productores asegura que los efectos del Glòria también podrían provocar un aumento en la reproducción de marisco y que este no muriera prematuramente por las altas temperaturas. «Eso provocaría que hubiera millones de euros con la producción de marisco», asegura Carles, que apunta que años atrás «unos 500 mariscadores podían vivir de la producción mientras que ahora sólo hay unos 25. Al aumentar la reproducción también aumentarían a los marisqueros y los pescadores profesionales». Este hecho desarrollaría nuevamente el marisqueo en la bahía de Alfacs, dice Carles, que explica que el marisco tarda unos 8 o 9 meses al llegar al tamaño comercial. «La repercusión positiva de este aumento de la reproducción se vería de cara al 2021».

No obstante, la crisis sanitaria del coronavirus también ha tenido efectos negativos en la venta de moluscos. «Los restaurantes y hoteles es donde llega el 70% de nuestra producción y actualmente están cerrados», lamenta Carles, que añade que «el consumidor final no tiene tanta capacidad para comprar esta comida». No obstante, el presidente de Fepromodel asegura que «lo estamos tirando adelante». Al haber menos producción, explica a Carles, los mayoristas tienen miedo de que se acaben las existencias antes de junio, «cuando se espera que la restauración abra en un 80%». Es por eso, según Carles, que «se están creando reservas de mejillones para que lleguen cuando la hostelería se empiece a reactivar».

Su hermano, Ramón Carles, es productor de moluscos en la badía del Fangar. Carles explica que lleva trabajando en la bahía desde el año 1964, cuando tan sólo tenía 12 años, y asegura que nunca había vivido un temporal como el Glòria. «He vivido muy fuertes, pero como este último, que el nivel del mar habrá subido 50 centímetros más que en la última subida, nunca», sostiene al productor.

En esta otra bahía, Carles estima que la pérdida por culpa de la borrasca ha sido mucho más fuerte que en los Alfaques. «Aquí en el Fangar las pérdidas se van al 70% de la producción de la temporada, y algunos productores han perdido el 100%», asegura, y añade que «el temporal se llevó 12 viveros enteros, dos se vieron afectados en una parte de la plataforma, y los 60 restantes pudieron sobrevivir».

Carles explica también que el Glòria provocó que la barrera que separa el Fangar de mar adentro creció, ya que las corrientes llevaron la arena de Riumar y de la Isla de Buda. No obstante, el agua salada llegó a la bahía, hecho que provocará que los mejillones que se recojan, dos meses después de que se haga en los Alfacs porque la temperatura del Fangar es menor, también serán mayores y estarán mejores.

Finalmente, con respecto a la producción de marisco, el productor asegura que no se produce tanto como en los Alfacs, pero que igualmente este año aumentará, tanto salvaje como de cultivo.