Las filtraciones de un sistema de riego próximo, culpables de la rotura de la cañería del CAT

La cañería del CAT en l'Ampolla reventó en enero por la filtración de cloruros de un sistema de riego próximo que se abastecía de un pozo con agua salobre, altamente corrosiva. Esta es la conclusión del informe de CSIC (Centro Superior de Investigaciones Científicas) y el Instituto Eduardo Torroja que descarta problemas de diseño, fabricación, instalación o explotación de la cañería. El Consorcid'Aigües de Tarragona ha iniciado este lunes una prospección a fondo de los 75 kilómetros de la cañería principal de la red del minitrasvase para detectar otros puntos sensibles o castigados. Se hace con un aparato, un torpedo Pipe Drive, que se ha introducido en el tubo, que monitoriza datos y que se contrastarán con calibres de cañerías «sanas».

El gerente del Consorcid'Aigües de Tarragona, Xavier Pujol, ha explicado los resultados del estudio encargado al CSIC (expertos en corrosión) y el Instituto Eduardo Torroja (expertos en hormigón) para conocer las causas del colapso de la cañería que provocó que reventara el 3 de enero en el término municipal de l'Ampolla y que obligó a mantener la red cortada unas 40 horas. El estudio concluye que se produjo una contaminación del terreno de la finca por donde pasa la conducción principal del CAT, producida por el riego con agua de un pozo que contenía una concentración alta de cloruros.

El primer borrador del mes de marzo y el informe actual que ya es conclusivo determina que el tramo de la cañería explotó y el que el CAT tuvo que restituir porque estaba en muy mal estado, se había erosionado por la filtración de una red de riego de la finca que atraviesa. «El pozo de captación del riego que detectamos capta agua por debajo del nivel freático, muy próximo a la línea de mar y sufre intrusión salina. No es agua de mar 100%, sino mezclada con agua dulce, pero tiene un alto contenido de cloruro. Los cloruros contaminan el hierro, son altamente corrosivos por la sal que contienen», ha detallado Pujol.

«Esta es la causa fundamental, totalmente fortuita, y que no habríamos pensado nunca que pudiera ser pero el resto han sido descartadas», ha apuntado. De hecho, el consorcio temía que la rotura se hubiera dado por problemas de diseño, instalación, fabricación o gestión de la cañería pero estas causas se han descartado.

Después de la grave avería, el CAT licitó ya en el mes de enero –y adjudicar en febrero-, un proyecto de diagnosis del estado estructural de la cañería principal, que tiene unos 1,6 kilómetros de diámetro y 75 kilómetros de longitud, desde Campredó, dónde se hace la captación en el río Ebro, hasta Tarragona. Este proyecto se enmarca dentro de un proyecto de un «ámbito» más extenso, para monitorizar el estado estructural de la cañería. «¿Puede volver a pasar eso? Pues seguramente la respuesta es sí pero intentaremos que con la mínima probabilidad y con el máximo conocimiento de datos que podamos tener», ha reconocido el gerente del Consorci.

Para tener los datos, se ha iniciado una prospección a fondo, desde dentro del tubo, con un equipo con forma de torpedo, el Pipe Dirve, que con un «sofisticado sistema de campos electromagnéticos» permitirá conocer con precisión el estado estructural de la infraestructura. Los datos se trabajan «de manera predictiva», para prevenir situaciones de colapso y hacer las reparaciones y actuaciones pertinentes antes de que se volviera a producir una avería como la del pasado 3 de enero en l'Ampolla.

El equipo toma de datos a través de un sistema de oscultación de toda la cañería principal y después se comprarán con calibraciones de «cañerías sanas». «La cañería está formada por elementos de acero y hormigón pretensado que queremos conocer el estado en que están. Nos dará herramientas para tener una capacidad de respuesta mucho más rápida en caso de que se detecten puntos sensibles o eventuales incidentes donde actuar más rápidamente», ha explicado Joan Cornellà, project manager de los trabajos de prospección.

La operación se hará en tres tramos: el primero este lunes entre l'Ampolla y Vandellòs, el segundo entre Vandellòs y Tarragona y el tercero entre l'Ampolla o Campredó. Es una operación «compleja», porque el equipo recorrerá la cañería sin interrumpir el funcionamiento de la red y el suministro de los consorciados. Con la cañería en servicio y manteniendo unas condiciones hidráulicas determinadas, se ha introducido los dispositivos en el interior que impulsa la misma agua y se emiten unos campos electromagnéticos para detectar distorsiones en el material de acero pretensado y acero armado.

La revisión exhaustiva del tramo principal de la red de distribución del CAT supone una inversión de 2,25 millones de euros. Se trata de un proyecto que ya estaba previsto para llevar a cabo en los próximos años pero que a causa de la rotura de la cañería a principios de año se ha optado por priorizarlo y ejecutarlo con carácter de urgencia en una primera fase de diagnosis. La segunda fase, prevista para el año 2021-2022, consistirá en la implantación de un sistema de detección en línea y en continuo que alerte de la evolución estructural de la cañería. El coste de todo el proyecto es de aproximadamente 5,5 millones de euros y se cofinanciará con una subvención del 50% que otorgó la Agència Catalana de l'Aigua al CAT.