Medio Ambiente
La zona quemada por el incendio de la Ribera d'Ebre, un año después a vista de dron
El efecto de las llamas todavía es visible en las zonas boscosas aunque el verde de los rebrotes empieza a recuperar terreno
Otro de los puntos captados desde el dron está situado en torno a la ermita del Remeidonde las llamas llegaron casi en las puertas de este santuario situado a unos seis kilómetros en el norte del núcleo urbano de Flix, el municipio más afectado por el incendio con más de 3.000 hectáreas quemadas, la mayor parte de arbolado. Desde este mirador privilegiado la devastación de las llamas todavía se bien palpable en kilómetros de bosque donde ahora sólo hay árboles quemados.
Por otra parte, uno de los lugares registrados el año pasado que más ha cambiado en todos estos meses se encuentra en el puente que cruza el río de la Cana en el enlace entre la C-233 y la T-703 para ir hacia la Palma d'Ebre, donde el fuego quemó más de 220 hectáreas. Las imágenes de ceniza y vegetación quemada han dejado paso en un espacio verde lleno de canyissars y plantas de ribera en torno a este pequeño río que este año sí que lleva agua por su curso. Sólo los árboles mayores que había en esta zona ahora completamente quemados recuerdan la destrucción del paso de las llamas.
El incendio más importando del verano pasado también afectó Vinebre con más de 642 hectáreas, Maials (Segrià) con cerca de 574, Llardecans, también en el Segrià, con más de 281, la Torre de l'Espanyol, en la Ribera d'Ebre, con más de 130 y la Granadella, en las Garrigues, con 43 hectáreas. La superficie más afectada fue arborizado, en concreto cerca de 2.500 hectáreas, lo que supone casi el 50% de toda el área arrasada por el incendio. Después estuvo el matorral, con 1.514 hectáreas y que a día de hoy es el que presenta un mayor aspecto de recuperación. De cultivos se quemaron más de 950 hectáreas y de pastos unas 60.