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Selectividad

Selectividad de proximidad para 120 alumnos de la Ribera d'Ebre, la Terra Alta y el Priorat

Los estudiantes celebran que las pruebas tengan lugar, por primera vez, en el instituto Julio Antonio de Móra d'Ebre

Plano general del interior de un aula del instituto Julio Antonio de Móra d'Ebre, el primer día de selectividad.

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La reorganización de las sedes y las pruebas de la selectividad a raíz de la pandemia del coronavirus ha acabado, de rebote, beneficiando a unos 120 alumnos de la Ribera d'Ebre, la Terra Alta y el Priorat, que han podido pasar los exámenes cerca de su municipio. Obligados, hasta este año, a desplazarse hasta Tortosa o Tarragona, el establecimiento del instituto Julio Antonio de Móra d'Ebre como sede de las pruebas ha sido celebrada por los estudiantes de los cuatro institutos de la zona. Se han limitado las aulas a grupos de entre ocho y quince estudiantes, todos del mismo instituto y a dos metros de distancia. También se han organizado entradas y salidas diferenciadas. Los alumnos han celebrado que se les haya permitido sacarse la mascarilla durante el examen.
«Es más cómodo y lo prefiero. Está menos lejos que Tarragona o Reus y Móra queda a quince minutos de casa. Mejor, y, además, si tengo exámenes por la tarde puedo comer en casa, que es más cómodo que comer por la calle», ha relatado a la salida del primer examen, el de castellano, Pau Vaqué, estudiante del IES Priorat, en Falset. «Al estar más cerca de Flix, porlas tardes tenemos más tiempo para estudiar y quieras o no te puedes levantar más tarde, puedes descansar más», ha certificado, por su parte Cristina Guiu, de Flix.

El factor proximidad ha acabado eclipsando buena parte de las incertidumbres y limitaciones que podía suponer pasar la selectividad después del paro repentino del curso en marzo a raíz de la pandemia del coronavirus. «Fáciles» o «no demasiado difíciles» han sido las valoraciones que han hecho, a la salida, después del primer examen de castellano. Los estudiantes no han podido tener las clases de preparación previstas durante los cruciales últimos meses y eso, explican, ha hecho que «se hayan tenido que adaptar».

El presidente del tribunal del instituto Julio Antonio, Josep Ferré, reconoce que el contexto de este año ha añadido «estrés» a una situación ya por ella misma «estresante», para los alumnos. «Por suerte dieron la instrucción que se podían sacar la mascarilla para hacer el examen, hecho que considero muy razonable», razona. El mismo opinaba, a la salida de la primera prueba, Marisa, del instituto de Flix, y Natàlia Orensanz, del IES Priorat. Eso era lo que más me preocupaba: hacer el examen con mascarilla, porque molesta, quieras o no. Por el resto, normal», ha apuntado la última

El Departamento de Universidades ha organizado las pruebas agrupando a los alumnos de los cuatro institutos de la zona: Julio Antonio de Móra d'Ebre; el de Flix; el Terra Alta, de Gandesa; y el Priorat, de Falset. Se han habilitado entradas y salidas diferenciadas para los alumnos de cada instituto, que han compartido aulas limitadas a una quincena de personas como máximo. El objetivo era evitar al máximo el contacto entre los estudiantes de los diferentes centros y permitir su acceso o salida de forma ordenada escalonada.

La ventaja que tienen estos estudiantes es que están mucho más cerca de casa cuando hacen el examen y están con el mismo grupo suyo del instituto. Eso los favorecer o, cuando menos, puede reconfortarlos o ayudarlos a no estar más nerviosos», valora Ferré. La distancia de los respectivos centros con Tortosa o Tarragona, donde se tenían que desplazar, puede llegar a los 60 kilómetros. De hecho, esta descentralización, a pesar de que forzada este año por el coronavirus, es una opción que la comunidad educativa de los diferentes centros implicados, y en concreto el de Móra d'Ebre, podría reclamar a la Generalitat de cara los próximos años.

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