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Medio Ambiente

La no gestión de los desagües de fondo de los pantanos pone en riesgo el tramo final del Ebro, según Sediments

Reclaman en la Mesa de Consenso y a la Generalitat que se impliquen para hacer llegar sedimentos al Delta de forma inminente

El presidente honorífico de la asociación Sedimentos, Josep Polet, y su portavoz, Josep Juan, con el río Ebro a su paso por Amposta.

La no gestión de los desagües de fondo de los pantanos pone en riesgo el tramo final del Ebro, según SedimentsACN

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La asociación Sediments denunciará el Estado español en los juzgados si no repara ni gestiona adecuadamente los desagües de fondo de los embalses del tramo final del Ebro. Consideran que con estos mecanismos fuera de funcionamiento por la acumulación de sedimentos en el fondo se pone en riesgo la integridad de la presa y en peligro la población aguas abajo de Mequinenza y Riba-roja. La entidad reclama un cambio radical en la gestión de estos embalses para que permitan la llegada inminente de sedimentos al Delta del Ebro contrarrestando la subsidencia y la regresión del espacio. Para conseguirlo, piden la implicación activa de entidades como la Mesa de Consenso y la Generalitat haciendo suyas estas demandas.

La entidad, creada a partir de la Campanya dels Sediments, alertó hace unos meses de que el gobierno español y las hidroeléctricas incumplirían la normativa que obliga a mantener y gestionar los elementos de seguridad de las presas. Especialmente, apuntan, las compuertas de fondo que regulan el paso del agua y los sedimentos. Según el portavoz de la asociación, Josep Juan, ni la ConfederacióHidrogràfica de l'Ebreni las compañías hidroeléctricas han actuado para hacer una gestión correcta y, con el tiempo, la acumulación de sedimentos las han dejado inoperativas y habría que repararlas, con un vaciado de los embalses, por ejemplo.

«Si hay una inestabilidad en Mequinenza o Riba-roja se tendrían que vaciar los dos embalses para eliminar el peligro. El problema es que si se rompe y está lleno de agua aquello bajará en tromba: se llevaría a todos los pueblos al lado del río. ¿Es difícil que pase? Sí. Sin embargo, ¿es posible? También lo es. Y si no sabemos en el estado que están las presas todavía más posible. Se están saltando los protocolos de seguridad para analizar la situación y reducir el peligro al máximo», ha argumentado Juan.

Según detalla, en casos de venida la capacidad de desagüe de las presas podría quedar comprometida por la inoperatividadde los desagües de los fondos. «Aparte de ilegal, es arriesgado», subraya, recordando que una venida extraordinaria se podría producir una coronación y la posible ruptura, incluso, encadenada, de las presas de acuerdo con el criterio de expertos como César González Cebollada, profesor de Ingeniería de Presas de la Universidad de Zaragoza.

Así las cosas, apunta que el gobierno español, a través de la ConfederacióHidrogràfica de l'Ebre(CHE), tendría que disponer de los informes anuales de seguridad de las presas que tienen que hacer a los concesionarios, la hidroeléctrica Endesa en este caso, y tomar las medidas necesarias para garantizar su buen estado, tal como marca la normativa específica, según recuerdan. Eso es lo que solicitará formalmente la Asociación durante las próximas semanas. En caso de no obtener respuesta, trasladarán el caso a los juzgados.

En este punto, apela también a la Generalitat y la Mesa de Consenso del Delta del Ebro, entidad creada por las comunidades de regantes, a implicarse en esta cuestión y exigir soluciones al gobierno español.«Las autoridades catalanas, de las Terres de l'Ebreno están haciendo nada al respecto, porque no hablan», lamenta Juan, recordando que la propuesta de caracterizar los sedimentos de Riba-roja o efectuar planos pilotos en pequeños embalses como Margalef, Guiamets y Siurana, como plantea el Ministerio para la Transición Ecológica, es del todo insuficiente.

Nuevo modelo de gestión

Para la entidad, hay que avanzar inmediatamente hacia un nuevo modelo de gestión de los embalses del tramo final del Ebro para contrarrestar los graves problemas de subsidencia y regresión que ponen en peligro la continuidad del Delta. En este contexto, Juan ha lamentado que tanto el plan estatal –del cual critican que no incorpore protocolos para gestionar los embalses- para proteger el espacio como el Plano Delta de la Mesa de Consenso no concreten medidas específicas para empezar a permitir el paso de los sedimentos por el tramo final del río.

«Ya sería hora que las instituciones ebrenses trabajen un poco más esta cuestión. Aparte de un plan para la gestión del litoral que presenten el plan de intenciones para gestionar los sedimentos de los embalses. No dicen nada: sólo, sí, se tienen que gestionar los sedimentos, pero a medio plazo. No, tiene que ser a corto plazo: todo lo que se tiene que gestionar se tiene que trabajar ya o los resultados no llegarán nunca», cierra Juan.

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