Medio Ambiente
Ecologistas en Acción reclama iniciar ya el traslado de sedimentos para salvar el Delta del Ebro
La entidad reitera que los cordones y movimientos de arenas son caros, ineficaces y tienen un gran impacto ambiental
«Es necesario planificar y actuar de forma integral. Las propuestas y acciones que están en marcha diseccionan el río Ebro, su Delta y sus aguas costeras. La planificación hidrológica tiene que considerar las aguas superficiales continentales, de transición, las costeras y las subterráneas, previniendo todo deterioro adicional para proteger y mejorar el estado de todos los ecosistemas acuáticos. El Plan Hidrológico del Ebro, del tercer ciclo de planificación que pronto se presentará, tiene que implementar el traslado de sedimentos e iniciar cuanto antes mejor proyectos piloto», insisten. Junto con la Plataforma en Defensa del Ebro (PDE) denuncian la falta de caudales ambientales y de sedimentos suficientes para el tramo final, en detrimento de la expansión de miles de hectáreas de regadío con la construcción prevista de decenas de embalses.
Por el contrario, los ecologistas sostienen que no tiene ningún rigor «disociar la retención de sedimentos en los embalses, así como la falta de caudales generadores a lo largo del Ebro, de la subsidencia, la regresión y la vida en el Delta». En este contexto, consideran que, los «movimientos ingentes de arenas» de una en playa a otra y la propuesta de creación de un cordón artificial de arenas que actúe de muro de contención del mar ante las tormentas y el aumento de su nivel, tiene un elevado coste económico y ambiental y resultan ineficaces, e incluso contraproducentes. «Desde que se construyó el embalse de Mequinenza y dejaron de llegar sedimentos al Delta, el Ebro dejó de dominar el equilibrio entre la tierra, el mar y el Delta y este espacio natural quedaron a merced del mar», cierran.