Medio Ambiente
El gobierno calcula que un 35% del istmo del Trabucador ha quedado finalmente sumergido
La remisión del temporal y la marea han permitido recuperar parcialmente algunos de los tramos afectados por el temporal Filomena
La barra del Trabucador ha sido, nuevamente, uno de los espacios donde mejor se ha hecho visible esta situación. Justo después del temporal más de la mitad del istmo se encontraba roto por múltiples canales y cubierto por el agua, especialmente a partir del tercer kilómetro a partir de su inicio y en dirección a la punta de la Banya, con puntos donde la profundidad del agua superaba el metro. Con la remisión del temporaly la marea de agua, algunas partes han acabado emergiendo. Las sumergidas tienen láminas de entre 30 y 40 centímetros de agua marina.
En este escenario, desde el Ministerio para la Transición Ecológica prevén que los trabajos para restaurar el paso por la barra por parte de Infosa, la empresa propietaria de las salinas, no serán tan costosos ni complejos como se podía estimar en un primer momento. Un hecho que atribuyen, en parte, a las obras efectuadas durante los últimos meses a raíz de los destrozos que causó el Gloria hace un año. Entonces, el Servicio de Costas provincial invirtió en este espacio 700.000 euros reubicando 350.000 metros cúbicos de arena.
A pesar de eso, y ante la cada vez más evidente debilidad de un istmo que entre el Gloria y el Filomena sufrió cuatro episodios de temporales –de magnitud variable-, las mismas fuentes admiten que mientras no se apruebe y se ejecute el Plan de Protección del Delta del Ebro que ultima el gobierno español será necesario que alguna de las administraciones competentes en el espacio –en referencia también a la Generalitat- ejecute una actuación de reforzamiento similar a la efectuada los últimos meses.
Este tipo de obras chocan con la oposición frontal de grupos ecologistas y expertos, que reclaman no alterar la dinámica natural del espacio con actuaciones muy costosas económica y ambientalmente. En el otro lado de la balanza, salinas al margen, el parque natural del delta del Ebro y varios expertos del IRTA reclaman que se puedan mantener las condiciones de una bahía de los Alfacs que resguarda una de las mayores poblaciones mundiales del nácar mediterráneo, fuertemente amenazado.
Al margen de las actuaciones en el Trabucador, las obras de emergencia para rehacer la costa del Delta después del Gloria supusieron el levantamiento de un cordón dunar entre la península del Fangar y Riumar para evitar la entrada de agua del mar en los arrozales con los temporales, o el reforzamiento con arena para tapar los canales de la isla de Buda que conectan los cajones interiores con el mar. Desde el gobierno español, en este sentido, reconocen que si bien estas estructuras han podido cumplir en buena medida su objetivo durante los últimos meses, el embate de los temporales recientes, especialmente el Filomena, ha provocado su debilitamiento y obligará a reforzarlas.