Sociedad
Las nucleares tendrán que ampliar el espacio para almacenar residuos atómicos en sus recintos
ANAV anuncia la construcción de un almacén temporal individualizado en Vandellòs II y un segundo o hacer más grande el de Ascó
Así las cosas, la gestora de las centrales catalanas –controlada por Endesa- trabaja en los «pasos previos» de un proyecto de un ATI en el recinto de Vandellòs II ante la previsión que ya no podrá almacenar internamente más residuos en la piscina cuando llegue la recarga prevista a la primavera de 2027. La construcción del nuevo ATI podría alargarse, según las previsiones de Gago, unos cinco años. La inversión, todavía para concretar, lo asumiría la misma Enresa. El de Ascó costó entre 16 y 20 millones de euros.
El anuncio llega justo después de que el pasado mes de julio el gobierno español renovara la autorización de explotación de la central durante diez años más, hasta el próximo 2030. También poco después de que ANAV haya finalizado este pasado 2020 la sustitución de seis bastidores de la piscina de combustible gastado para aumentar su capacidad para almacenar el combustible gastado en 208 posiciones: espacio suficiente para tres ciclos adicionales de operación, que dejan entre 60 y 64 elementos de combustible gastado. Una operación que ha costado 15 millones de euros, a cargo también de Enresa.
En el caso de los dos grupos nucleares de la central de Ascó los plazos previstos son similares. Con un ATI construido con capacidad para 32 contenedores –y cada uno de ellos 32 elementos de combustible gastado-, ANAV calcula que la saturación de este espacio y las piscinas de almacenamiento se producirá también en el 2017. Con esta previsión, trabajan con la idea de una ampliación o unas segundas instalaciones que también tendrían que entrar en marcha antes, el verano de 2026. El anuncio, en el caso de Ascó, se suma también a la decisión del gobierno español de alargar diez años más su vida útil, que se tiene que resolver antes de octubre de este 2021.
La ampliación, de entrada, tiene que permitir cubrir las necesidades de almacenamiento hasta la entrada en servicio del MTC. Gago, sin embargo, ha precisado que su voluntad, y así lo estarían negociando con Enresa, es que más allá de eso sean unas instalaciones ampliables para poder llegar a las fechas de cierre de las nucleares previsto en el Plan Nacional Integrado de la Energía y el Clima (PNIEC) en el caso también que pueda volver a «descarrilar» el almacén centralizado de residuos.
El gobierno español ha fijado la clausura de Ascó I en el 2030, de Ascó II en el 2032 y Vandellòs II en el 2035. Cumplir estos plazos requeriría, en el caso de la central de Ascó, un ATI con capacidad para 140 contenedores más catorce adicionales para los residuos del desmantelamiento del vaso del reactor que se tendrían que quedar en el recinto. Para Vandellòs II habría que habilitar espacio para 32 contenedores más siete de adicionales. Esta posible ampliación permitiría «vaciar las piscinas en el ATI y abordar el desmantelamiento» de las centrales, según subraya Gago.
En el encuentro anual con los medios de comunicación, telemática en esta ocasión, el director de ANAV ha reconocido que la pandemia de la covid-19 ha condicionado los trabajos en las plantas atómicas catalanas, especialmente con las dos operaciones de recarga que han tenido lugar en la de Ascó: la del grupo I en primavera, que se tuvo que retrasar, y la del grupo dos el pasado otoño. Según Gago, se han tenido que reorganizar el trabajo, los turnos y minimizar la presencia simultánea de personas en el complejo, así como las visitas. La incidencia simultánea de trabajadores positivos por covid-19 no ha superado entre las 15 y 20 «como máximo» en las dos centrales.
La producción eléctrica de los tres grupos que gestiona ANAV en Ascó y Vandellòs llegó este 2020 a los 24 TW/h, cifra que representa el 10% de la generación eléctrica del parque nuclear estatal y un consumo equivalente a unos 7 millones de hogares.