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Protesta

Oposición vecinal a un proyecto de planta de compostaje de deyecciones ganaderas en Santa Bàrbara

El Ayuntamiento, que no ve con malos ojos la instalación, anuncia una consulta ciudadana las próximas semanas

Los terrenos donde se pr

Oposición vecinal a un proyecto de planta de compostaje de deyecciones ganaderas en Santa Bàrbara

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El proyecto para construir una planta de compostaje de deyecciones ganaderas y residuos orgánicos a cuatro kilómetros del núcleo urbano de Santa Bàrbara (Montsià) ha puesto en alerta a los vecinos de la población. Con una capacidad prevista para gestionar 25.000 toneladas anuales, la plataforma vecinal creada para frenar la instalación avisa de los impactos que puede generar: particularmente, las pestes y la posible contaminación de los acuíferos. El proyecto, presentado al Ayuntamiento el pasado julio, se encuentra en estos momentos en fase de exposición pública durante un mes. Ante el alboroto que ha provocado su reciente difusión, el gobierno municipal estudia ahora la convocatoria de una consulta para conocer la opinión del vecindario y actuar en consecuencia.

Promovida por Ecompost de l'Ebre, sociedad que tiene vínculos societarios con importantes empresas del sector avícola del territorio como Granja el Pilar y Padesa, la planta de compostaje se nutriría principalmente de las deyecciones ganaderas -gallinaza y purines- de las granjas de estas empresas. Adicionalmente, admitiría también residuos de restos vegetales y de la industria alimentaria que se convertirían, después de un proceso de fermentación, en abono agrícola comercializable, según ha explicado el alcalde de la población, Antonio Ollés.

La instalación, que se ubicaría en una finca cerca del canal Xerta-Sénia cerca de la carretera T-1025 que une el municipio con el Mas de Barberans, ya ha recibido el visto bueno de la Comisiód'Urbanismede les Terres de l'Ebrey espera el resultado de los informes de la ponencia ambiental del Consell Comarcal del Montsià para tener aprobada la actividad. La empresa promotora está haciendo ya tareas de nivelación de los terrenos. La mayoría de los vecinos, sin embargo, no han conocido el proyecto hasta hace poco más de una semana, cuando el alcalde confirmó su existencia en un programa de la emisora de radio municipal. Cuatro días después, un domingo por la noche, el consistorio hacía público un comunicado en las redes sociales informando del estado de los trámites.

La noticia, amplificada por las redes, ha espoleado la creación de un movimiento vecinal crítico con el proyecto. «En el interior del Montsià ya hemos estado lo bastante solidarios ambientalmente: nos instalaron el vertedero de Mas de Barberans, que primero era comarcal pero ahora recibe residuos del Baix Ebre, y hace desde hace poco hay una planta de biogás. Ya hemos contribuido bastante y no queremos que nos embadurnen más la comarca. Si se aceptan estos proyectos a la larga tendremos una zona negra donde sólo vendrán empresas de este tipo», resume Enric Lange, impulsor y portavoz de la plataforma vecinal.

Alertan de que este tipo de actividad genera pestes, traen insectos y generan impactos visuales. En particular, temen que su puesta en marcha pueda tener consecuencias nefastas si se acaban produciendo filtraciones en el gran acuífero subterráneo que baja del macizo de los Puertos y que, en numerosas ocasiones, ya ha dado síntomas de sobreexplotación y contaminación por nitratos. «No queremos que por alguna acción fortuita o cualquier cosa se contamine. Las repercusiones serían mucho más graves que la creación de dos o tres puestos de trabajo,» apunta Lange.

Los vecinos críticos, además, sospechan que la planta podría acabar acogiendo hasta 40.000 toneladas de residuos anuales, de acuerdo con la estimación inicial del proyecto, una cifra que finalmente se ha rebajado a 25.000. En este sentido, muestran su sorpresa delante de un anuncio inicial de que los ganaderos de la zona no podrían hacer uso de las instalaciones para verter las deyecciones que generan sus granjas.

Consulta popular

El conflicto que el proyecto ha generado en Santa Bàrbara no es un caso único en el territorio: hace unos meses, la oposición de los vecinos de Aldover (Baix Ebre) consiguió tumbar la construcción de una planta de características similares, que promovía la empresa avícola Roig Orgànic, SL, cerca del núcleo urbano. Esta misma semana, Lange solicitó formalmente al Ayuntamiento que convoque una consulta popular para actuar en consecuencia.

El gobierno municipal ha cogido la petición y asegura que estudia seriamente como organizar esta consulta durante las próximas semanas. De entrada, el consistorio no ve con malos ojos el proyecto. En el Montsià sería la primera de este tipo, pero Ollés admite que Santa Bàrbara vive cerca del vertedero comarcal y sufrió durante años episodios de malos olores por la actividad de una secadora de sansa en la Galera.

«La experiencia del pasado nos dice que algunas cosas que no hemos aceptado a nuestro término las han puesto al término del lado y hemos sufrido igualmente las molestias. No es un tipo de industria que nos apasione, querríamos de otro tipo, pero tenemos que recordar que estamos en una zona rural, tenemos naranjas, olivos y granjas y mucha gente vive de eso», ha resumido.

«Paso adelante», según el alcalde

Considera, con todo, que el proyecto es «un paso adelante»: «está como tener un vertedero comarcal y no tener que tirar la basura en un hoyo en cada pueblo donde se quemaba y la cubrían». Argumenta, en esta línea, que la aplicación de purines y gallinazas, en los campos se había convertido en un problema para los acuíferos. En este momento, añade, existen instalaciones de este tipo en municipios ebrenses como Camarles pero también hay ganaderos que trasladan las deyecciones «en Murcia». La planta de compostaje, en este sentido, estaría abierta también a recibir las deyecciones de los ganaderos y productores de la zona, según ha remarcado. Confía que la distancia del núcleo urbano y los requisitos en el diseño limiten problemas de pestes o filtraciones.

Ollés recuerda que las decisiones sobre la tramitación han sido públicas porque pasaron por el pleno y la junta de gobierno. Sin embargo, reconoce que fue un error no haber informado a los vecinos antes y asegura que el gobierno municipal se pondrá «al lado de lo que diga la consulta». «No podemos obviar el resultado de la opinión de la gente», ha apuntado. Un resultado que dependerá también, ha aducido, del nivel de participación vecinal. A pesar de eso, avisa que en el estado actual de tramitación y en caso de que la promotora cumpla los requisitos para poner en marcha la planta de compostaje se puede dar el caso de que el Ayuntamiento no tenga competencias o capacidad legal para parar el proyecto.

«Quiero pensar que el Ayuntamiento siempre está al lado del pueblo y defendiendo los intereses de los vecinos. Si el pueblo en una consulta ampliamente dice que no, el Ayuntamiento no dará las licencias urbanísticas o permisos que toquen. Si creen que tienen que presentar alegaciones, que lo hagan. Y si no puede ser, que tengan un control ambiental sobre esta empresa», valla por su parte, Lange.

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