Diari Més

Agricultura

La rotación del cultivo de arroz con quinoa permitiría diversificar el sector en el Delta del Ebro

El proyecto ImproRice identifica las variedades del pseudocereal que se adaptan mejor en los terrenos salinos y al secano

El director técnico de Agroservicios.cat, Alfred Palma revisando la plantación experimental de quinua en la finca del Capitán del Deltebre.

La rotación del cultivo de arroz con quinoa permitiría diversificar el sector en el Delta del EbroACN

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Durante tres años se ha probado en el Delta del Ebro la viabilidad de cultivar quinoa como cultivo complementario al arroz. El pseudocereal tiene una tolerancia alta a la salinidad de los suelos deltaicos y los resultados preliminares confirman que se podría alternar la plantación de quinoa en invierno, con la del arroz, en verano. El estudio forma parte del proyecto ImproRice de la Universitatde Barcelona, Agroserveis.cat y el IRTA que acaba este año. La investigación destaca que la rotación de cultivos frenaría la dinámica de las malas hierbas, que es uno de los «grandes quebraderos de cabeza» y un importante gasto para los arroceros, que la quinoa se podría cultivar en secano, y que las cooperativas e industrias podrían procesarlo con la maquinaria que utilizan para el arroz.

Dentro del proyecto ImproRice para encontrar las mejores variedades de arroz para la producción ecológica y las más resistentes a los efectos del cambio climático en el Delta del Ebro, se ha estudiado la viabilidad de plantar quinoa en los arrozales, como alternativa y complemento al monocultivo del arroz en el Delta. Por primera vez, se ha identificado y demostrado que la plantación de este pseudocereal podría complementar la del arroz, con una rotación verano-invierno que tendría beneficios que van más allá de la diversificación del sector.

La quinoa es un pseudocereal con una demanda al alza, considerado como un «superalimento» por su alto contenido de proteína, de hierro (más del doble que otros cereales), de omega 3 y de ácidos aminoácidos, y porque no contiene gluten. El consumo en Cataluña se abastece con importaciones, sobre todo desde la América Latina y la producción en el Estado se concentra principalmente enAndalucía, donde se cultivan unas 2.000 hectáreas anuales.

En un campo experimental en la finca del Capitàde Deltebre (Baix Ebre) se han plantado durante tres campañas 15 variedades de quinoa para estudiar cuál se adapta mejor a las condiciones agronómicas de los suelos deltaicos. Este muestreo se ha hecho con plantel de cultivo hidropónico (método de cultivo de plantas dentro del agua, sin tierra), seleccionado previamente en los invernaderos de la UB y cultivado allí durante un mes. La quinoa se ha hecho crecer en el campo durante 90 días, aproximadamente.

Como ha explicado Alfred Palma, director técnico de Agroserveis.cat, la quinoa ha demostrado una «buena tolerancia a la salinidad del suelo», uno de los principales «limitantes» de los terrenos del Delta del Ebro, pero además, la rotación de este cultivo con el del arroz permitiría «romper la dinámica de las malas hierbas, que es uno de los grandes dolores de cabeza» del cultivo de arroz en el Delta. «Se invierten muchos recursos económicos para su control sin que los resultados satisfagan del todo», ha apuntado Palma.

El cultivo no se podría extender por toda la llanura deltaica. Aunque la quinoa se adapta bien a los terrenos salinizados tiene dificultades para desarrollarse en terrenos pesados y arcilosos. «Los terrenos más arenosos serían los más idóneos para favorecer el cultivo e instaurarlo», ha apuntado el director técnico. Ahora bien, el estudio ha probado la plantación de quinoa con riego y con secano y se ha demostrado que las plantas tienen una «alta resistencia al estrés hídrico» y que se podría plantar en invierno, aprovechando los fenómenos de lluvia «lo bastante intensos» del Delta, sin soporte de riego, y por lo tanto, sin costes añadidos para el productor.

Esta investigación, que empezó en el 2019 y acaba este año, permitirá fijar «las bases» para que los agricultores interesados puedan desarrollar el cultivo. Aunque, de momento, el caso concreto de la quinoa no haya despertado «un especial interés» entre los agricultores, la iniciativa de Agroserveis.cat, la UB y el IRTA, sí que forma parte de un proyecto amplio para dar respuesta «a la necesidad de aumentar la competitividad» del sector arrocero en el Delta. «Si el cultivo de la quinoa ayuda o empuja a que el arroz funcione mejor, estoy seguro de que los arroceros y el sector lo verán con buenos ojos, pero no hay un claro interés todavía, no se ha despertado una inquietud porque los resultados son preliminares y las pruebas son anecdóticas», ha apuntado Palma.

Y es que el proyecto no muere aquí. La intención es poder replicar con nuevas experiencias las pruebas durante los próximos años y animar a la industria arrocera a implicarse para garantizar el procesamiento del fruto. «Una de las bondades es que el sistema de procesamiento de la quinoa es muy adaptable o prácticamente igual, con la misma maquinaria y logística, que el procesamiento del arroz. Sería cuestión de organización dentro de la industria y las cooperativas y que se hiciera una apuesta clara en este sentido para acabar de acompañar al campesino», ha espoleado Palma. El trinomio UB, IRTA y Agroserveis.cat ya trabajan para dar continuidad a esta investigación, ampliando el proyecto ImproRice o proponer uno de nuevo para seguir buscando cultivos alternativos y rotatorios al arroz.

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