Las resistencias antibióticas son una de las amenazas más importantes para la salud humana los próximos años. Para reducir este impacto a través de la inyecta de alimentos, el IRTA de Sant Carles de la Ràpita (Montsià) trabajará, durante 3 años, en el proyecto europeo SPARE-SEA. Se estudiará con qué mecanismos las ostras adquieren resistencia bacteriana, para mejorar el cultivo y reducir la propagación de esta resistencia antibiótica en los humanos. Se hará un análisis genético comparativo de ostras que reciben tratamiento antibiótico en las fases de cría larvaria con ostras silvestres, y se conocerá hasta qué punto el uso de antibióticos en los procesos de producción comercial, afecta a la abundancia y la diversidad de bacterias resistentes en las ostras.
Reducir las bacterias resistentes a los antibióticos en los alimentos supone una mejora general de la salud humana. La resistencia en los antibióticos se puede mover entre especies bacterianas con mucha facilidad. Las bacterias del marisco no suelen afectar a los humanos, pero algunos que afectan a las ostras sí que lo hacen porque se comen crudas o ligeramente cocinadas. El uso de antibióticos en la acuicultura europea se encuentra muy regulado y restringido.
Las bacterias adquieren la resistencia a los antibióticos a través de varios genes. El seguimiento de estos genes específicos en diferentes compartimentos ambientales (en el pescado que se alimenta del marisco, el agua, los sedimentos y el mismo marisco), permitirá a los investigadores estudiar en qué punto de la cadena alimenticia están y cómo se transfieren. Esta información será útil para gestionar las prácticas de cultivo de ostras de una manera que pueda reducir la propagación de nada de resistencia antibiótica y su impacto en la salud humana.
El plan de trabajo incluye la secuenciación del genoma de especies bacterianas capaces de infectar tanto a los mariscos como a los seres humanos y tiene que aclarar los impulsores y las vías de transmisión de la resistencia antimicrobios a las ostras».