Sociedad
Santa Bàrbara vota sobre la instalación de una planta de compostaje de estiércol a cuatro kilómetros del núcleo urbano
Cerca de 3.200 vecinos mayores de dieciséis años están convocados a la consulta popular que tiene lugar este domingo
Un total de 3.183 vecinos del municipio de Santa Bàrbara (Montsià) están convocados este domingo a una consulta popular sobre la instalación de una planta de compostaje de estiércol de aves de corral a cuatro kilómetros del núcleo urbano. El proyecto, que se empezó a gestar a finales de 2019, ha levantado un alboroto considerable a la población, que mayoritariamente tuvo conocimiento de la instalación prevista hace pocos meses. La plataforma vecinal para combatir el proyecto alerta de que la actividad puede afectar al acuífero de la plana de la Galera.
El gobierno municipal de Santa Bàrbara se ha comprometido a respetar el resultado de la consulta y actuar en consecuencia, pero admite que en el estado actual de tramitación será puede resultar complicado frenarlo legalmente.
«Quieres que se instale una planta de compostaje y de gestión de residuos y deyecciones ganaderas, que estaría situada en el punto kilométrico 4,2 de la carretera T-1025 que va de Santa Bàrbara al Mas de Barberans»?. Esta es la pregunta que el Ayuntamiento, amparándose en la Ley de consultas populares de la Generalitat, formula cerca de 3.200 vecinos del municipio –mayores de 16 años- este domingo después de unos meses de debate y controversia públicas. Aunque el consistorio había tenido conocimiento del proyecto a mediados de 2020 y había dado luz verde a varios trámites, la mayoría del vecindario no lo conoció hasta el mes de enero pasado.
El cielo tapado y la lluvia intermitente de primera hora de la mañana no parecían animar la participación. De hecho, durante las dos primeras horas y media de votación –la mesa situada en el Smart Centre ha abierto a las nueve de la mañana y se cerrará a las ocho de la noche- habían votado a 132 personas, poco más de un 4% del censo. Unas cifras que han mejorado progresivamente con el tiempo más benigno y la proximidad del mediodía. «Esperamos una participación bien alta y que el pueblo hable, por eso se ha convocado la consulta», ha explicado Jordi Gisbert, vecino del pueblo, justo después de votar.
La consulta popular, condicionada por la actual situación de pandemia –aparte de las dos personas de la mesa, el Ayuntamiento ha movilizado un agente covid y la guardia municipal- se ha organizado en el marco de la Ley de consultas populares de la Generalitat y su convocatoria se publicó en el DOGC. La plataforma vecinal que se opone el proyecto y la asociación Amevesaba –creada a raíz del conflicto- confían que el no se acabará imponiendo.
«Esperamos que eso suponga un antes y un después y que el resultado llegue a la empresa, que sepan que los vecinos de Santa Bàrbara no quieren este tipo de empresas en su término municipal», ha apuntado a Enric Lange, el portavoz de la plataforma. Piden a la promotora Ecomposta de l'Ebre que retire el proyecto si el resultado acaba siendo no. Los vecinos asumen sin embargo, que en el actual momento de tramitación el Ayuntamiento podría verse obligado a dar la licencia de obras si no se quiere enfrentar a querellas por prevaricación o indemnizaciones millonarias.
Lange recuerda que hay concejales que no se han pronunciado, si bien durante los últimos meses el posicionamiento contrario dentro del consistorio se ha acabado imponiendo. Por eso ha animado que, a raíz del resultado de este domingo, clarifiquen su posicionamiento y actúen en consecuencia. «Si tienen que firmar –dar los permisos para el proyecto- los invitamos a que lo hagan pero también que presente las alegaciones que hicieron como Ayuntamiento para salir adelante el proyecto», ha remarcado el mismo portavoz, que ve en la consulta un posicionamiento del pueblo sobre el tipo de proyectos e iniciativas que puede acoger el término municipal.
Oposición dentro de la legalidad
El alcalde de la población, Antonio Ollés, ha reiterado que el consistorio, en caso de que se acabe imponiendo el no, hará «todo el que esté, dentro de la legalidad, para frenar este proyecto». «Estudiaremos todos los procedimientos que sea posible hacer, pero no haremos cosas ilegales, como me propusieron, como es esconder el proyecto dentro de un cajón», ha advertido. Recuerda que existe la posibilidad de presentar recursos o efectuar nuevas alegaciones.
Hoy por hoy, la planta para tratar 25.000 toneladas anuales de estiércol procedente de granjas de aves de corral para convertirlos en compuesto orgánico para la agricultura se encuentra esencialmente pendiente del informe integrado de la Ponencia Ambiental para conseguir la licencia ambiental. «La Agencia de Residuos de Cataluña ha hecho un requerimiento de trece puntos a la empresa para que clarificara aspectos técnicos. La empresa ya ha respondido y los próximos días o semanas llegará el informe integrado. Si es favorable, no tendremos más opción que firmar para que se pueda instalar», ha reconocido Ollés.
Las organizaciones vecinales remarcan que no se oponen directamente a la planta de compostaje pero alertan de que la ubicación escogida, sobre el acuífero de la plana de la Galera, pone en peligro los recursos hídricos subterráneos. Argumentan también que después del vertedero del Mas de Barberans, la zona ya ha cumplido su cuota con respecto a proyectos con efectos ambientales potencialmente peligrosos.
«No me parece bien: son muchos residuos y no lo encuentro bien», apunta a Carlos Ferré, delante del local electoral. «Pienso que tendrá un efecto negativo: el aire viene de arriba y Santa Bàrbara quedará contaminada por los olores. Aparte de los nitratos al suelo», declara a Gisbert, quien reconoce que la tramitación está avanzada y la consulta se tendría que haber convocado antes. Pide al gobierno municipal que sea consecuente con el resultado. «Quien está delante es quien toma decisiones, tiene la responsabilidad y las tiene que asumir», cierra.
La promotora no se pronuncia
Consultada por la ACN, la empresa Ecompost de l'Ebre ha declinado pronunciarse sobre la consulta. Según sus asesores técnicos, la planta de compostaje se ha situado en esta zona para gestionar y transformar el estiércol que produce las numerosas granjas de aves de corral existentes, evitando así su vertido y episodios de contaminación. Niegan el uso de purines y argumentan que, en su diseño, las instalaciones prevén la gestión de aguas pluviales en casos de fuerte precipitación. Según la empresa, el compuesto orgánico obtenido sería utilizable en la agricultura ecológica y que se trata de un producto del cual no existe actualmente oferta al territorio, hecho que obliga a transportarlo encareciendo su precio final.