Educación
Empiezan las pruebas de selectividad para 651 alumnos de las Terres de l'Ebre
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Las medidas higiénicas y de seguridad, según ha explicado el presidente del tribunal, Xavier Farré, han sido similares o, incluso, más estrictas que hace un año. Aparte de la distancia de seguridad preceptiva entre estudiantes –que ha reducido la capacidad de las aulas mayores de los 50 alumnos anteriores a la pandemia en los 30 como máximo actual- la obligatoriedad de llevar la mascarilla durante toda la prueba ha sido una de las condiciones más visibles.
«Está claro que la mascarilla es un poco angustiante. En un examen te pones nervioso y puedes respirar muy fuerte y angustiarte. Más cuando es examen importante que decide tu futuro. He podido llevar los nervios a raya y ha salido bastante bien», ha reflexionado Genís Cid, del instituto Sòl de Riu de Alcanar, a la salida del examen de castellano.
Ningún estudiante ha pedido el castellano
El otro gran interrogante del inicio de las pruebas era la polémica lingüística cerca la decisión del Tribunal Superior de Justícia de Catalunya de imponer el reparto de exámenes también en lengua castellana. Una cuestión, según Farré, que no ha tenido ninguna incidencia en el tribunal que preside. Según ha recordado, todos los años reciben un porcentaje de copias de pruebas en esta lengua y «siempre» se pregunta a los estudiantes.
Este año, se ha «intensificado» la pregunta y se han colgado carteles en las aulas planteando esta opción. «La respuesta en todas aulas es que no hay ningún estudiante en todo el tribunal que quiera hacer el examen en castellano», ha precisado Farré. «Recuerdo que un año, en las Terres de l'Ebre, un alumno pidió hacer el examen de historia en castellano. Fue anecdótico», ha añadido.
Curiosamente, el primer examen de la selectividad de este año, el de castellano, no presentaba ningún conflicto idiomático ni dilema. Desirée Montero, estudiante del instituto de Roquetes, ha reconocido que las cuestiones que planteaba la prueba coincidían con los contenidos impartidos durante el último curso. «Si has llevado bien el curso los exámenes, al menos el de castellano, bastante bien». Por su parte, Max Samper, del instituto Els Alfacs de la Ràpita, ha reconocido que se ha puesto nervioso al principio. «No sabía qué podía salir, he intentado prepararme lo mejor posible pero, dentro de lo que cabe, el examen ha sido asequible, los nervios me han pasado con el tiempo y lo he podido hacer tranquilamente», ha cerrado.