Sociedad
La 'Marxa pels Sediments' reclama «un cambio de gestión» de las presas para garantizar la seguridad y preservar el Delta
La Associació Sediments cree que las batimetrías de los sedimentos del Ebre «son una maniobra de distracción»
La acción, que acabará el 9 de julio en Amposta, también servirá para recaudar fondos y presentar una denuncia contra la gestión de las presas, para la cual han encargado un informe a la Universidad de Zaragoza. Para colaborar hay abierta una campaña de mecenazgo.
Falta de mantenimiento en las presas
La Marxa alerta a la ciudadanía del riesgo de una supuesta falta de mantenimiento de los desagües de fondo de las presas. Las gestoras de los embalses dicen que se hacen mantenimientos y controles de seguridad cada año, pero la CHE (Confederació Hidrogràfica de l'Ebre) aseguró a la entidad que no disponen de informes anuales. Según Juan, no se tiene constancia que «lo hayan hecho nunca». «Nos dijeron que no tenían esta información y el que nos han llegado siempre es que no se gestionan los desagües porque la empresa no quiere asumir el gasto», ha explicado. «Que lo demuestren con vídeos de cómo abren los desagües y pasa el agua, sino, no nos lo creemos», ha añadido.
Fuentes de Endesa, que gestiona las presas de Mequinenza, Riba-roja d'Ebre y Flix, explican que cada año se hacen pruebas de funcionamiento de los mecanismos de apertura de estos sistemas de seguridad (la compuerta y las dos cámaras interiores) que habría que abrir para acelerar el sentido de agua. Endesa asegura que se presentan «planes de mantenimiento y emergencia» y que están «técnicamente preparados» para responder a los requerimientos del regulador, que es la CHE.
El que no están obligados a hacer, es comprobar que por los desagües pasa el agua porque el regulador no lo pide y supondría activar el plan de emergencia. Endesa asegura que en la pared de la presa no se acumulan los sedimentos y no bloquearían la entrada de agua en los desagües. Según la última batimetría, quedan retenidos en las colas de los embalses. En el caso de Riba-roja están acumulados a unos 30 kilómetros de la presa y en el caso de Mequinenza, a 100 kilómetros.