Sociedad
Riba-roja tendrá un Centro de Interpretación de industria de aceite de enebro
El presidente de Amigos de Riba-roja d'Ebre, Josep Aguilà considera que el centro «no será un museo tradicional sino un punto de encuentro de información»
La localidad tarraconense de Riba-roja d'Ebre tendrá un Centro de Interpretación de la antigua industria del aceite de enebro y de los hornos dedicados a su elaboración que se conservan en su término, cerca de una veintena, el mayor número de estas construcciones en un mismo municipio de la península.
Inventariados, documentados y puestos en valor por la asociación Amics de Riba-roja en los últimos años, su recuperación ha despertado el interés de antropólogos, historiadores, arquitectos, museólogos y artistas de Cataluña, e incluso del extranjero, muchos de los cuales participan hoy en Barcelona en la jornada «Los hornos de aceite de enebro de Riba-roja d'Ebre. Una industria de 500 años con perspectivas de futuro».
La jornada, que se celebra en la sede del Colegio de Arquitectos de Cataluña (COAC), acogerá durante todo el día una veintena de charlas y ponencias, entre ellas las del antropólogo Pep Fornés, exdirector del Museo Etnológico de Barcelona, de la doctora en Historia Judit Vidal, del arquitecto urbanista Josep Alió y de la bióloga Maria Dolors González Cabré.
También intervienen en ella las arqueólogas y profesoras de la UB Laia Gallego y Eulàlia Díaz, el presidente de la entidad británica promotora de proyectos culturales Grampus Heritage, Martin Clark, la artista establecida en Riba-roja Sarah Misselbrook o la secretaria de la Xarxa de Turisme Industrial de Catalunya, Pepi Martínez Font, entre muchos otros ponentes.
El presidente de Amics de Riba-roja d'Ebre, Josep Aguilà, ha explicado a Efe que, tras los estudios y trabajos de estos últimos años, «lo que todo el mundo considera imprescindible es tener un Centro de Interpretación de estos hornos de aceite de enebro».
«Este centro no sería un museo como tal, sino un punto de encuentro donde hallar información de cómo se construían los hornos, de cómo se elaboraba el aceite o del entorno paisajístico», explica Aguilà, que añade que también se piensa en establecer unos circuitos para visitar 'in situ' algunos de ellos.
El arquitecto Josep Alió, de la misma asociación, coincide en que «ahora es el momento de buscar cuál es el lugar de Riba-roja donde instalar el Centro de Interpretación», y resalta que es importante que el visitante, además de contemplar cosas interesantes, pueda allí divertirse y disfrutar de un paisaje dominado por el río Ebro.
En este sentido, precisa que el lugar donde se podría ubicar el centro museístico es el espacio que ocupa ahora un antiguo matadero, con grandes vistas sobre el río y que conecta con otros miradores ubicados en el casco histórico de la población.
Alió es partidario de convocar un concurso de ideas para concretar este proyecto, en el que se han implicado ya el Ayuntamiento de Riba-roja, el Colegio de Arquitectos de Cataluña, la Agrupación de Arquitectos para la Defensa del Patrimonio o la Escuela de Arquitectura de Reus, adscrita a la URV.
Por su parte, Pep Fornés destaca que la salvaguarda del patrimonio cultural inmaterial es «un valor importantísimo para recuperar la autoestima» de los territorios deprimidos, y está en la base de su éxito y futuro crecimiento, conceptos sobre los que ya teorizaron los pensadores Yves de la Goublaye y Michel Bassand, vinculados a la UNESCO.
Estos hornos eran construcciones de piedra seca de planta circular, con un diámetro de 4 a 6 metros y una altura de hasta 7 metros, con una «olla» interior hecha de arcilla en la que se introducían los troncos del enebro o junípero, sobre la cual se quemaban otras maderas para que las altas temperaturas provocaran la destilación del aceite, que se recogía en una cubeta en el exterior.
Las propiedades terapéuticas del aceite de enebro llevaron a que históricamente se haya utilizado como remedio para diversas enfermedades humanas y de animales, además de emplearse para otros usos domésticos.