Eufònic recupera un «basto y enorme programa» después de la edición «contemplativa» de 2020

Eufónico se extiende este año a 9 poblaciones y 5 comarcas, las cuatro del Ebro y el Baix Mestrat, y contará con una cincuentena de artistas, una propuesta ambiciosa que se ha sabido adaptar a las restricciones sanitarias actuales sin renunciar a nada. Después de una edición 2020 más contemplativa, el festival celebra una década recuperando la música electrónica, espacios emblemáticos de la Ràpita y con más presencia de artistas ebrenses que nunca. El festival ha incentivado la sostenibilidad cultural y creativa, dando apoyo a propuestas para que se puedan volver a ver. Tortosa acogerá El Eufònic Pro donde una treintena de ponentes reflexionarán sobre la creatividad a las periferias más rurales y descentralizadas para hacer valer el territorio.

La Ràpita (Montsià) volverá a ser el centro neurálgico del festival el último fin de semana del festival, pero la décima edición de Eufónico se ha expandido para llegar a las cuatro comarcas de las Tierras del Ebro y el Bajo Maestrazgo (Castellón). Después de una edición muy limitada el año pasado, el festival de artes sonoras y visuales recupera localizaciones como el sindicato, el Auditorio Sixto Mir, el Mercado Viejo y el Garbeach de la Ràpita para programar espectáculos que necesitan espacios de estas características para «lucir». Actuarán Espumo, Playmodes y el Cuarteto Basura|Maleza, Joan Miquel Oliver, UNO, Lawrence Rothman, dani, D.K., Jordi Pallarés & Hannah «Mofuta», AKA Pedro o Genís Bagés, entre otros.

Pero las actuaciones arrancan este fin de semana en nuevos espacios como el calvario de Batea y la iglesia del Poble Vell de Corbera d'Ebre, en la Terra Alta, el castillo de Miravet (Ribera de Ebro), el Orfeón de Ulldecona (Montsià) y el antiguo convento de Sant Francesc de Vinaròs (Bajo Maestrazgo). Como ha apuntado a Vincent Fibla, director de Eufónico, es «una edición que mira adelante» con una propuesta «ambiciosa» adaptada a todas las limitaciones y restricciones. «Eufónico es uno de los pocos festivales que tiene esta conexión con el entorno tan potente y que trabaja con tantas disciplinas. Es uno de los rasgos diferenciales», ha añadido.

Eufónico se caracteriza también para ser multidisciplinar, con espectáculos de voces y palabra, poesía, danza y música y actuaciones «más bastardas» que se mueven entre varias disciplinas, «propuestas que no sabes si vienen de la música o de las artes visuales o de qué manera se contaminan», ha destacado Pica. La música electrónica vuelve a Eufónico con referentes mundiales como Space Afrika –que actúa por primera vez en España– y presentará 'Honesto Labour'; Fennesz, referente del paisajismo electrónico y las guitarras procesadas digitalmente, que tocará a la «imponente» iglesia del Poble Vell de Corbera d'Ebre; Penelope Trappes, australiana establecida en Brighton que actuará en formato dúo con violonchelo en la iglesia Nova de la Ràpita; y el productor y DJ francés D.K., que explorará sonoridades insólitas de la electrónica de baile en el Garbeach.

Otros referentes internacionales que participan en el Eufónico 2021 son la japonesa Tomomi Kubo que actuará en el castillo de Miravet o la instalación del también japonés Tomonaga Toyukama en el Centro de Arte Lo Pati.

En el ámbito musical se podrá disfrutar de «todas las esferas del pop» con nombres establecidos como Joan Miquel Oliver, líder de Antònia Font, hasta nombres que vienen fuerte, como Marina Herlop y nombres totalmente nuevos como Dani o RO-E. «Es curioso que de toda esta nueva esfera del pop son todas mujeres», ha señalado el director de Eufònic, una tendencia natural que se hace notar también en la programación del festival sin que sea buscado.

Esta décima edición es la que cuenta con un número mayor de artistas ebrenses. «Es muy curioso porque nunca había sido premeditado y siempre había algún artista ebrense, pero quizás es uno de los frutos que recoge Eufónico después de diez años. El trabajo era nuestro para que hubiera una propuesta del territorio y ahora se nota muchísimo que hay muchas cosas que han ido passant«, ha remarcado el director del certamen. «Evidentemente hemos contribuido porque el territorio, nosotros y el contexto era diferente hace diez años. No había propuestas en el territorio, pero hay gente que ha crecido artísticamente viendo un festival como Eufónico y lo hemos notado», ha explicado Pica.

Eufònic también ha apostado por acercar la tradición musical del territorio y hará compartir escenario a una treintena de músicos de la Banda La Lira Roquetense con los poliritmos, el dadaísmo y la espontaneidad de Za!, que ofrecerán una «pieza irrepetible».

Eufónico Pro y ruralidad

Por una parte el Eufónico Campus ofrecerá talleres participativos sobre los nuevos elementos que han aparecido en la playa del Trabucador – con Judit Onsés y Mercè Ubalde-; en torno a los fenómenos electrónicos de voz (EVPs) de la mano de Carl Michael Von Hausswolff; lla grabación de sonidos en los videojuegos – con Daniel Moreno y Àlex Palacín-; o el juego con luces para niños de Fèlix Casanellas.

Por otra parte, lo Eufónico Pro se instala en Tortosa jueves 26 y viernes 27 de agosto, coincidiendo con la celebración de la Capital de la Cultura Catalana. Una treintena de profesionales, comisarias, y gestoras culturales reflexionarán sobre la creatividad en las periferias rurales y la creación en entornos no urbanos. Cinco mesas|tablas de debate y cinco presentaciones de proyectos debatirán sobre como|cómo se gestionan los festivales descentralizados. Permitirá conocer otros festivales y «como juegan a favor y en contra» las limitaciones y ventajas.

Intervenciones artísticas

El festival también ofrecerá varias intervenciones de artes sonoras, visuales y digital performativas ligadas al territorio. Arnau Sala Saez, en colaboración con el Consorcio Memorial de los Espacios de la Batalla del Ebro (COMEBE) ha creado una instalación desde el memorial de las Camposines, a partir de las sonoridades de la batalla y la reverberación de la memoria histórica. El proyecto se verá en Batea.

Los artistas Laura Llaneli y Òscar de la Fuente inauguran el viernes la instalación que hace cantar el Museo de Tortosa, y como resultado de las residencias artísticas, Gerard Altaió explora el absurdo y el contrasentido de leer en una acción performativa en los Colmillos de Baltasar, y el tándem Arquea Colectivo - formado por la artista sonora Patricia Usero (AKA Puntaleberinto) y el artista visual Marzia Matarese-, han ideado una performance audiovisual con microscopios a partir de cámaras hackeadas para explorar los paisajes microscópicos del entorno natural del Delta. La proyectarán en el Mercado Vell de la Ràpita. También se volverán a ver los proyectos de Atilio Doreste, Joan Bagés i Vanguard Duo y Elsa Paricio.