Inundaciones
Las empresas del polígono Valldepins de Ulldecona trabajan a contrarreloj para retirar el barro y recuperar la normalidad
Se han habilitado entradas secundarias para acceder a las naves industriales y analizar las afectaciones de los aguaceros
Las empresas del polígono Valldepins de Ulldecona (Montsià) se esfuerzan para volver a la normalidad cuanto antes mejor. Por eso los empleados del complejo trabajan a contrarreloj para retirar toda el agua y el barro que ha entrado a las naves industriales después de la tromba de agua de este martes. En algunos casos, el agua llegó a cubrir entre 15 y 40 centímetros en almacenes y despachos.
La entrada principal del polígono se ha cortado al tráfico y se han habilitado entradas secundarias para que los trabajadores pudieran llegar a sus lugares de trabajo. Algunas compañías, como Maverick, han puesto a disposición de la plantilla un autobús para que pudieran llegar a las instalaciones y se espera que mañana ya puedan hacerlo con sus propios vehículos.
Un centenar de trabajadores de Maverick del turno por la mañana han tenido que utilizar esta medida puntual para poder llegar al polígono Valldepins, después de que la tromba de agua de este miércoles impidiera el acceso habitual. Según fuentes de la compañía, a partir de este viernes se podrá trabajar con normalidad, puesto que los proveedores pueden llegar hasta el polígono utilizando los caminos provisionales.
Una situación similar a la vivida en una de las compañías de la entrada del complejo industrial que se dedica a la fabricación de muebles de baño, que se vio afectada de pleno por la inundación del almacén y la fábrica. Esta tarde, los peritos hacían las primeras inspecciones de los daños. Aun así, su gerente ha apuntado al ACN que «todavía es pronto para cuantificar las pérdidas», pero se ha mostrado esperanzado en poder volver a trabajar cómo es habitual a partir de lunes. La principal afectación de las inundaciones se han concentrado al almacén, mientras que la maquinaria no se habría visto tan malograda. En el momento de los hechos, diecisiete trabajadores se encontraban a las instalaciones, mientras que gran parte de la plantilla estaba de vacaciones. Este jueves por la tarde se han dedicado a sacar todo el barro posible del interior de la nave, donde también han recolocado todo el material que se ha mojado.
El jefe de planta de la cooperativa de cítricos San Alfonso, Lucrecio Huguet, ha señalado que la situación habría estado «mucho más catastrófica» de haberse producido la tromba de agua en un mes y medio, justo cuando empieza la cosecha. En este sentido, Huguet ha señalado que a partir de octubre podrán volver por completo a la normalidad. Durante la jornada de este miércoles, unos veinte trabajadores se vieron sorprendidos por las fuertes lluvias y tuvieron que ser evacuados con coches todoterrenos. Más allá de inundar despachos y la planta industrial, la tromba de agua también tumbó un muro que rodea la cooperativa, convirtiendo los alrededores de las instalaciones «en un mar».