El Ayuntamiento de Alcanar envía un informe para pedir la declaración de zona catastrófica por los aguaceros

Roig ha manifestado su voluntad de sumar fuerzas en esta línea municipios próximos afectados como Vinaròs, Sant Carles de la Ràpita y Ulldecona. «La experiencia de 2018 nos dice que cuando se pide zona catastrófica y se hace conjuntamente con los municipios que han sufrido daños por la tormenta es posible que eso tenga más fuerza», ha apuntado.

El documento no incluye, de momento, ninguna cuantificación económica aproximada por los daños. Sin embargo, el Ayuntamiento canareu confía en que la declaración de zona catastrófica permita al municipio acceder a ajustes para reparar infraestructuras, ayudar a las personas que sufrieron daños en sus domicilios, así como medidas fiscales, laborales y de la Seguridad Social para las empresas afectadas.

Después de la experiencia de 2018, cuando sólo llegó una parte ínfima de las ayudas solicitadas por unos aguaceros de consecuencias muy menores que las de la semana pasada, Roig cree que el apoyo de la Generalitat a la hora de trasladar a Madrid la demanda tiene que ser «vital» para que las bases para acceder a los recursos se modifiquen de forma consensuada y se evite, de nuevo, una situación como aquella.

Fincas y granjas aisladas

Después del esfuerzo de los últimos días y el fin de semana, las principales infraestructuras y vías de comunicación de la zona han quedado ya restablecidas y limpias, a excepción del acceso norte a la fachada marítima de las Cases, el punto de acceso del tráfico pesado y de mercancías del puerto. Según Roig, la situación de la red de caminos rurales es «muy complicada». Con el inicio a la vista de las cosechas, muchos campesinos no pueden acceder y muchos ganaderos ven impotents como no pueden alimentar su ganado.

En este sentido, el Ayuntamiento ha pedido ayuda a la Generalitat para disponer de maquinaria pesada que permita asumir las trabajos necesarios. Según Salvadó, las tareas iniciadas por la Agència Catalana de l'Aigua (ACA) en los barrancos y cursos fluviales permitirán dar apoyo también a la reapertura de caminos.

El otro gran foco de atención con respecto a las infraestructuras se encuentra en el puerto de las Cases. Aunque el vicepresidente, Jordi Puigneró, anunció el viernes que los pescadores podrían volver a utilizarlo este lunes, el delegado del Govern en el Ebre ha reconocido que los trabajos para limpiar el fondo del puerto, donde se han acumulado grandes cantidades de barros y residuos, todavía se alargarán unos días.

La elevada turbiedad del agua, según ha explicado, dificulta la batimetría que tiene que determinar los puntos donde prioritariamente se tendrá que actuar para recuperar el calado original. De momento, las ocho embarcaciones de tresmall de la cofradía de las Cases siguen amarradas sin poder salir al mar desde hace más de dos meses, dado que el pasado miércoles tenían que reanudar la actividad una vez finalizada la veda biológica. Las tres de arrastre se desplazaron hasta el puerto vecino de Sant Carles de la Ràpita, desde donde salen a pescar.

Reparación del boquete

El boquete abierto al norte de la fachada marítima dificultará sin embargo, todavía más, la vuelta a la normalidad del puerto, donde aparte de la actividad pesquera se concentran una parte muy importante de la popular oferta de restauración de las Cases, que todavía confiaba trabajar intensamente durante el mes de septiembre. Justo por este punto hundido pasaba, hasta el miércoles, todo el tráfico pesado que entra al puerto. Salvadó ha explicado que, a pesar de la diversidad de competencias, Ports trabaja de forma urgente en la redacción de una memoria valorada del proyecto para reparar este paso.

Infraestructuras al margen, la otra gran prioridad, según consistorio y Govern, son las personas afectadas por los aguaceros, muchas de las cuales lo han perdido prácticamente todo, mientras que otros sufren severas afectaciones en sus domicilios. De momento, nueve continúan realojadas en hoteles y muchas más en domicilios de familiares o amigos. Tanto Salvadó como Roig se han comprometido a movilizar recursos de servicios sociales para ayudarlos también emocional y psicológicamente.

Las dos administraciones han coincidido también en la necesidad de estudiar y replantear los planes urbanísticos en el actual contexto de cambio climático para poder atenuar el efecto de episodios catastróficos como el del miércoles pasado en la zona.