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Medio Ambiente

Empiezan a hacer tratamientos fitosanitarios con drones en los arrozales del delta del Ebro

Una empresa ebrense consigue la primera autorización para fumigar de forma «masiva» los cultivos

Un dron de la empresa EbreDrone fumigando un arrozal a Amposta.

Empiezan a hacer tratamientos fitosanitarios con drones en los arrozales del delta del EbroACN

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Los drones han empezado a sobrevolar los campos de arrozales del delta del Ebro para hacer tratamientos fitosanitarios con fungicidas. La empresa EbreDrone obtuvo este agosto la primera autorización del Servicio de Sanidad Vegetal del Departamento de Acción Climática, Alimentación y Agenda Rural para hacer los tratamientos, después de más de dos años haciendo ensayos a los cultivos. La 'startup' ebrense se quiere posicionar como una alternativa más respetuosa y con menos pisada de CO₂ ante el posicionamiento de la Unión Europea que quiere limitar la fumigación con avionetas. Por eso, la compañía ampostina trabaja para conseguir que los drones sean considerados medios terrestres y para obtener nuevas autorizaciones que le permitan aplicar herbicidas e insecticidas.
En las puertas del inicio de la campaña de la siega y a la espera de los primeros resultados, los responsables de EbreDrone se muestran muy satisfechos con los tratamientos de fungicida hechos en los arrozales desde este agosto, cuando obtuvieron la primera licencia excepcional para fumigar los cultivos del delta. «Este año estamos muy contentos porque hemos podido comprobar como los pagèss de los dos hemideltas han integrado esta tecnología para hacer aplicaciones aéreas», asegura Hadar Ayxendri, responsable de la empresa. De hecho, han llegado además productores gracias a los convenios firmados con empresas como la Cooperativa Arroceros del Delta del Ebro, Ebre Iteaf, Agrodelta, Servitec y Agroteca.

Así, muchos arroceros ya han empezado a hacer las primeras fumigaciones con drones, sin tener que recurrir al trabajo manual, de menos precisión, como son los hechos con tractores o mochila. «Las ventajas de los drones se tienen que poder generalizar a otros cultivos; queremos que esta tecnología sea eficaz y segura y que se aplique de forma masiva a nuestros pagèss», afirma Ayxendri.

Por eso, los retos de la empresa ebrense pasan, ahora, para conseguir que los drones sean considerados medios terrestres, en lugar de aéreos, con el fin de reducir el papeleo burocrático a la hora de solicitar licencias y para hacerlos compatibles con las normativas europeas. «Hemos trabajado con las administraciones, con centros de investigación, universidades y empresas mundiales y hemos conseguido que los tratamientos con drones sean tan seguros como uno terrestre,» destaca Ayxendri. Por esta razón, trabajan para conseguir nuevas autorizaciones para hacer todo tipo de tratamientos, como herbicidas o insecticidas.

«Más precisión, más seguridad y más económico»

Según el responsable técnico de Ebredrone, Pau Jornet, las ventajas de incorporar la tecnología dron en los campos son múltiples, ya que se trata de una tecnología «totalmente limpia y 100% eléctrica». Además, explica, que el hecho de que el aparato vuele bajo ayuda a localizar la zona donde se quiere fumigar y eso permite que el tratamiento se aplique con más precisión y que la deriva sea cero. También, señala, que se disminuye la exposición química porque el operador se encuentra alejado de los productos.

Otro de las ventajas de esta tecnología con respecto a los tratamientos más tradicionales es que se opera de forma automática. «Todo va milimetrado y matemático, se planifican las rutas en los campos y el dron trabaja de forma autónoma, haciendo pasadas en horizontal y transversales y sin ningún error humano,» añade Jornet.

Manuel Izarraga es uno de los agricultores que ha utilizado este año los servicios de la empresa EbreDrone. Él afirma que fumigar con drones le ha resultado mucho más beneficioso porque ha evitado las roderas y estropear el suelo, ya que no ha tenido que entrar el tractor en la finca. Además, también subraya que le supone un ahorro económico. «Tiran el líquido que necesita cada cuadro, no sobra y no te hay que tener una garrafa todo el año, por lo tanto, es más barato que hacer los tratamientos con tractores,» cierra al pagès.

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