Medio Ambiente
Las maniobras de desembalse contienen la riada del Ebro y las autoridades descartan afectaciones en el tramo final
El caudal del río a su paso por los municipios ebrenses se estabiliza a la baja por debajo de los 1.400 metros cúbicos por segundo
«La situación es de control. Es lo que nos dicen los técnicos de la CHE y Endesa, que gestionan los embalses. Pero en la parte baja veremos unos días de caudal grande del río Ebro», ha subrayado el director de los servicios territoriales del Departamentd'Interior en les Terres de l'Ebre, Miquel Alonso. «Las condiciones del embalse de Mequinenza también son muy favorables y todavía puede absorber mucho. El último episodio que sufrimos bastante, en una situación similar, estaba al 88%. Son situaciones bastante diferentes», concluye Alonso.
El anuncio de los desembalses fue comunicado el viernes por el centro de operaciones del CECAT a los municipios del tramo final del Ebro con el objetivo de informar y prevenir las personas, entidades o empresas contra que efectúan actividades cerca del cauce del río. En estos casos, la atención se centra en los puntos que más habitualmente se inundan, en la zona de Riba-roja y Flix, o el tramo donde el río coge más velocidad, entre Miravet y Benifallet.
La laminación «muy progresiva» desde las presas, con incrementos de 150 metros cúbicos por segundo por hora, habría evitar afectaciones, si bien algunas de zonas bajas de cultivo y de ocio han quedado en algún momento parcialmente inundadas. La navegación fluvial recreativa, con los elevados caudales, también ha quedado suspendida.
El episodio, sin embargo, puede acabar beneficiando, aunque sea puntualmente, la aportación de sedimentos fluvial a un delta del Ebro expuesto a los rigores de fenómenos como la regresión, la subsidencia y, ahora también, los embates del cambio climático.