Sociedad
Los pescadores de cerco reclaman poder capturar los atunes que entran a la red
El sector lamenta el poco pescado que hay a pesar de haber menos barcas, al inicio de una veda de dos meses
Con todo, el presidente de la cofradía está convencido de que si se cogen sólo los atunes que entran a las redes no se pondrán en peligro: «pescando en el anzuelo es imposible acabarlas», comenta. Y lamenta: «con el cercoentran en la red, pierdes el pescado y después las ves saltando como en un zoo, y nosotros y los diez trabajadores de la barca tenemos que ir hacia casa con las manos vacías», narra. Además, critica que el hecho de que haya algunas empresassí que tengan permisos para coger acaba suponiendo «una privatización del mar».
Más allá de la afectación de los atunes, Brull expone que al mar falta plancton. Eso hace que los peces tengan menos comida y que sean más pequeños. «No acaban de ser grandes en ninguna época del año», indica. Para él, la causa no es el exceso de pesca. «Cada vez somos menos barcas, pescamos menos y cada vez hay menos pescado en el mar», expresa. En este sentido carga contra las administraciones: «nos tratan injustamente». «Dicen que hay sobrepesca, que somos unos delincuentes y que estropeamos el mar, y eso no es así. ¿Cómo puede ser que el calador del delta del Ebre, que es histórico en pescado azul y hace diez años que no se toca, no se haya recuperado?», se pregunta. En su opinión, habría que hacer estudios que también analicen los ríos y el impacto de los atunes, pero cree que a las autoridades «no les interesa mirarlo».
Cada vez menos barcas
La pesca de cercoestá muy arraigada en la zona y se hace de noche. «Llevamos un bote con foco. Enciendes la luz y esperas que venga el pescado y se remueva cerca de la luz. Después haces un círculo para cerrarlo y cogerlo. Es una pesca muy selectiva», señala el presidente de la cofradía. En los últimos años la flota se ha reducido mucho y actualmente en toda la demarcación quedan once barcas, entre los puertos de Tarragona, Cambrils y la Ametlla de Mar. En el caso de la localidad del Baix Ebre, en el 2017 había seis barcas. Hoy ya sólo quedan dos. «Cada vez es más dificultoso acabar el año en condiciones», lamenta Brull.
De todos modos, destaca que en la Ametlla de Mar la pesca da trabajo a más de 200 personas de manera directa, y cree que si la administración no hace cambios el sector poco a poco irá desapareciendo. «Pero no seremos y seguirá sin haber peces en el mar», finaliza.