Agricultura
La entrada de naranja de Turquía, Egipto y Marruecos hunde los precios de los cítricos ebrenses
Los campesinos cobrarán el fruto entre un 60% y un 80% menos que la campaña pasada
El sector de los cítricos del Ebreinicia la segunda fase de la campaña con los precios de la naranja hundidos por la entrada en el mercado europeo del producto de Turquía, Egipto o Marruecos, una pugna desigual que sufren por el dumping (competencia desleal) social y medioambiental de los países africanos. Como ha apuntado Federico Tarazona, gerente de la Cooperativa Exportadora Agris de Alcanar (Montsià), la retribución a los campesinos caerá entre un 60% y un 80% con respecto a la campaña pasada. En cambio, el consumidor laestá pagando más cara porque los distribuidores cargan el incremento de costes, como el del transporte. Las bajas temperaturas de las últimas semanas no afectan al producto, pero todavía se sufren los efectos de un otoño cálido y lluvioso.
La producción de cítricos en Cataluña está regulada por una legislación social y fitosanitaria europea que nada tiene que ver con la de estos países. «Trabajan con un dumping social, medioambiental y de divisa –Turquía la tiene muy devaluada-», ha insistido el gerente de la Exportadora Agris. Las condiciones de trabajo y seguridad social son muy diferentes de los estándares europeos, en algunos casos con sueldos de los trabajadores de entre 5 y 10 euros diarios. Tampoco los productos fitosanitarios autorizados en el hemisferio sur «tienen nada que ver» con la legislación europea que tienen que cumplir los citricultores de aquí.
Tarazona apunta, además, que para entrar el producto en Europa, estos países tienen que cumplir con aquello que marca la Organización Mundial del Comercio, pero alerta que son normas mucho más laxas que la misma legislación europea. El gerente d'Agris de Alcanar señala que dentro de «la libre competencia y el mercado único», la Comunidad Europa no puede abrir el mercado «a cualquiera» mientras marca una tendencia agroalimentaria de productos ecológicos, medioambientalmente sostenibles y con una producción que respete «los factores de trabajo de calidad», una competencia distorsionada que sufre la citricultura y también el resto del sector.
«El sector agrícola y ganadero pedimos que protejan el mercado y que compitamos en las mismas condiciones y que sea la productividad y el saber hacer u otros factores que la marquen», ha reclamado Federico Tarazona.
Tampoco las incidencias meteorológicas han ayudado este año. El frío y las bajas temperaturas de las últimas semanas no afectan a la calidad del producto pero se sufre todavía los efectos de las tormentas, las granizadas, y un otoño e inicio de invierno «anormalmente» cálidos y húmedos. La floración ya había sido menor y la campaña se inició con un 40% menos de fruto en el árbol. Un factor interno que también les ha perjudicado ha sido el incremento de producción por todo el estado español.
Con todo, el consumidor está pagando la naranja más cara mientras que el agricultor la cobrará entre un 60% y un 80% más barato que el año pasado. «El productor no recibe ningún incremento de la retribución real. Son los factores de transporte, envasado, o de punto de venta los que están subiendo los precios. El campesino cada vez cobra menos, cubriendo costes o incluso por debajo», ha lamentado Tarazona.