Religión
La restauración de la fachada de la catedral de Tortosa estará acabada en marzo
Los operarios ultiman la limpieza y conservación del lateral izquierdo y el revestimiento de las puertas con latón dorado
La restauración de la fachada de la catedral de Tortosa estará acabada en marzo y el Obispado de Tortosa ya prepara una inauguración «solemne». Se están ejecutando las tres últimas fases de la obra, con la limpieza y conservación del lateral izquierda y la restauración de las puertas, que se revestirán con latón dorado. La fase más delicada, la de la limpieza, sobre todo de excrementos de paloma que lo habían ennegrecido, ha permitido recuperar los cromatismos y los elementos arquitectónicos que la hacen única en la Península, «hace falta ir a buscar paralelos en Roma para encontrar cosas de esta magnitud y calidad», como ha destacado el arquitecto Carles Brull. Paralelamente a las obras, se han capturado con jaulas, y sacrificado, más de un millar de palomas que habitaban allí.
Sin la suciedad, que se limpia con pasta de celulosa, también toman protagonismo todos los detalles arquitectónicos, sobre todo de la parte más alta, y los capiteles, elementos singulares de los cuales «sólo se pueden encontrar paralelos», por magnitud y calidad, en Roma. Como ha apuntado Manuel Iglesias, restaurador y profesor de la UB, responsable de la obra, la limpieza ha sido uno de los trabajos «más complicados» porque «es irreversible». Los operarios tienen que hacer calas para determinar el nivel de limpieza sin estropear los materiales y para poder mantener los cromatismos. También se determina qué colores son originales y cuáles se han pintado después, «aunque con el mismo cromatismo encarnado». Las formaciones de pátinas naturales se han mantenido porque no hacen daño al material.
En las próximas semanas se ultimará la intervención en la parte izquierda y lateral y se restaurarán las puertas. «Es una de las partes más exitosas de la actuación», ha remarcado Brull. La madera de las puertas – la central hace 35 metros cuadrados y más de 2 toneladas de peso- había sufrido deformaciones por|para el paso de los siglos. Los carpinteros están trabajando para darles «un punto de sofisticación», revistiéndolas con latón dorado – «que con el tiempo cogerá una pátina antiga»-. Tendrán un diseño «simple» pero evocará a la Mare de Déu de la Cinta, con bandas horizontales y un texto sobre el relato del milagro de la Mare de Déu. «Las puertas supondrán una mejora sustancial de la fachada con una imagen que no habíamos visto nunca», ha insistido el arquitecto.
De hecho, esta es la única incorporación al proyecto. No tendrán el acabado que se habría hecho en época barroca, pero aportará 'una expresión actual' para darlos «dignidad». Se desconoce si las puertas se acabaron cuando se construyó la sede o si se sustituyeron después de algún conflicto bélico, pero los arquitectos defienden que no son las que «tendría que tener una catedral», que normalmente tiene puertas trabajadas y claveteadas. Después de la Guerra Civil Española se colocó una chapa metálica encima de la madera, que ahora se está retirando, porque «no es el acabado que se merecen las puertas de un edificio de esta categoría».
Una de las anécdotas de la obra es que, por el relieve de la fachada, los salientes y las hornacinas, se han ido encontrando en estos espacios objetos diversos: juguetes como peonzas o balas, o monedas, incluso un maravedí de Isabel II.
Protección contra las palomas
Como ha explicado el arquitecto Andreu Alfonso, uno de los problemas más graves de la degradación de la fachada de la basílica es la población de palomas que habita allí. Con varias jaulas se ha capturado y sacrificado más de un millar pero también se han instalado sistemas pasivos para evitar que se instalen. Son pinchos, cables tensado en las cornisas y un sistema de electrorepulsión en la cornisa superior. Si las palomas se ponen encima, reciben una pequeña descarga eléctrica.
Inauguración «solemne»
El ecónomo del Obispado de Tortosa, Víctor Cardona, ha adelantado que ya se trabaja para hacer una inauguración «solemne y alegre» de la restauración, que se prevé que estará lista del todo a finales de marzo. El Obispo de Tortosa, Enrique Benavent, quiere invitar al nuncio papal así como todos los mosenes, los fieles laicos y los representantes institucionales de la Diócesis. Cardona ha agradecido el apoyo de las administraciones para que la restauración se haya podido ejecutar por completo. «Realmente estamos muy contentos y muy satisfechos y tenemos que agradecer que se puede hacer por las aportaciones del Ayuntamiento de Tortosa, la Diputación de Tarragona, el Departamento de Cultura de la Generalitat y el Ministerio de Fomento,» ha recordado. Las obras tienen un presupuesto de 480.000 euros.