El Ayuntamiento de Móra la Nova rompe relaciones comerciales con el BBVA en protesta por la reducción de servicios
El alcalde lamenta que se obligue a los vecinos de más edad a utilizar el cajero o a desplazarse
El Ayuntamiento de Móra la Nova rompe relaciones comerciales con el BBVA en protesta por la reducción de servicios
El Ayuntamiento de Móra la Nova (Ribera d'Ebre) rompe relaciones comerciales con el BBVA en protesta por la reducción ser servicios en la sucursal de la población que afecta, especialmente, los clientes de más edad. El consistorio procederá a cancelar las tres cuentas y los tres préstamos que mantiene con la entidad de forma gradual los próximos años para evitar penalizaciones. Según ha explicado el alcalde, Francesc Moliné, durante los últimos meses la entidad ha reducido los servicios y la atención personalizada a la sucursal del pueblo a la mínima expresión, obligando a los clientes a utilizar el cajero automático, medios telemáticos o a desplazarse, con las dificultades que eso supone, sobre todo, para las personas mayores.
En muchos casos ya no se atienen las peticiones al mostrador de reintegros por parte de personas mayores –el agente, como mucho, puede ayudar a las personas mayores a operar el cajero automático- o, incluso, demandas de cambio de fracciones de monedas por parte de comerciantes. «Hacen lo mínimo de lomínimo», se queja el alcalde moranovenc. Recuerda que cuando se trata ya de contratar productos financieros más complejos, como los planes de pensiones, los clientes son derivados en Móra d'Ebre.
El alcalde recuerda que, recientemente, un vecino de la población, jubilado y con silla de ruedas, decidió protestar por|para esta falta de atención delante de la sucursal con un cartel denunciante metafóricamente que le habían robado su dinero. «Este hombre no se puede desplazar a Móra d'Ebre», subraya.
No puede ser que los bancos cada vez desatiendan más a aquellas personas más afectadas por la brecha digital. Nuestros convilatans de más edad merecen que los atiendan como es debido, no que se les abandone», asegura Moliné. La cuestión ya ha sido objeto de quejas institucionales y mociones aprobadas por el pleno, sin resultado.
Aunque es consciente de que la medida puede tener un impacto «limitado», subraya la necesidad de que el consistorio se manifieste y actúe políticamente dando apoyo a las reivindicaciones vecinales. En la práctica, ha explicado, el retorno de los tres créditos pendientes durante los próximos años y el cierre progresivo de las tres cuentas –en algunos casos será complicado, según ha admitido, porque se utilizan por trámites fiscales con el Estado, pero se quedarán con la cantidad mínima imprescindible- obligará al consistorio a trabajar con otras entidades sin oficina en la población. «Pero no han tenido nunca y no ha habido reversión de servicios. Con el BBVA hemos perdido sábanas cada vez», valla.
Años atrás, el municipio disponía de una sucursal de Caixa Tarragona y otra del entonces BBV, así como del actual Caixabank. Esta última es la única que es mantiene, de momento, plenamente operativa.