Guerra en Ucrania
Alumnos de hosteleria de Tortosa cocinan platos ucranianos para recoger fondos solidarios
La escuela de Hostelería del Instituto Dertosa sirve más de cien menús para llevar en beneficio de Intermón Oxfam y Creu Roja
Los alumnos de la Escuela de Hostelería del Instituto Dertosa (EHID) de Tortosa han servido este miércoles al mediodía más de un centenar de menús para llevar en beneficio de Ucrania.
El dinero del proyecto Fiambreras Solidarias se darán en Intermón Oxfam y Creu Roja, pero ha tenido un objetivo más allá de la solidaridad, conectar a estos jóvenes con un conflicto, la guerra de Ucrania, que les pasaba de largo y del cual detectaron los profesores que vivían «desconectados» a pesar de pasar el día enganchados a los teléfonos móviles y a las redes sociales.
La vertiente solidaria ha sido una motivación extra y han servido más de un centenar de menús, una cifra nada habitual en la Escuela. El menú costaba 10 euros y los proveedores han dado la materia prima.
La semana pasada, en una reunión del claustro de la Escuela de Hostelería del instituto Dertosa de Tortosa, a los profesores les alertó «la desconexión» de los alumnos con el conflicto y la guerra de Ucrania. «No comentaban nada de la guerra, vivían apartados en las nuevas tecnologías», ha explicado Adrià Serret, jefe de estudios de los ciclos de la EHID. Los docentes decidieron poner en marcha este proyecto multidisciplinar, implicando todos los ciclos de la escuela, para hablar del conflicto en el aula y generar debate entre los estudiantes.
Serret ha insistido en que sus alumnos estaban «desconectados» de lo que contaban los telediarios, pero ha defendido que la responsabilidad de la Escuela va más allá de enseñarles a cocinar, hacer postres o servir en la restauración. «Debemos hacer ciudadanos del siglo XXI, ciudadanos activos», ha dicho el jefe de estudios. Esta «desconexión» que llamó la atención de los profesores va ligada a unas redes sociales donde los jóvenes «hacen sus grupos y se mueven por los ámbitos que les llaman la atención». «Si esto -la guerra de Ucrania- no les llama la atención a jóvenes de 15, 16 o 17 años, es responsabilidad de los adultos que tomen conciencia de estos hechos», ha defendido Serret.
El profesor del ciclo de cocina de la EHID, Juanjo Roda, ha añadido que la iniciativa permitió hablar de la cuestión en la clase, donde también hay estudiantes con orígenes en la zona del conflicto bélico -Moldavia y Ucrania-, de forma poco violenta». «Estaban al caso de lo que pasaba, pero no sabían qué hacer desde Terres de l'Ebre para ayudar. Les propuse cocinar, que es lo que saben hacer», ha explicado el maestro.
Decidieron cocinar pollo a la Kiiv, un plato muy popular y globalizado en los años setenta con los primeros negocios de comer 'take away'. El pollo a la Kiiv es resultado de la mezcla «de la cocina clásica francesa con productos de la antigua URSS», un plato inventado en Moscú a principios del siglo pasado. Consiste en un pechuga de pollo abierta, donde se introduce discos de mantequilla de hierbas, se empaña, se fríe y se acaba en el horno y se acompaña con patata y verduras como tomate, guisantes y col.
El plato se popularizó entre los contertulios de un pub nocturno de la capital de Ucrania y se convirtió en 1973, en uno de los primeros platos precocinados 'take away' de la cadena de supermercados británica Marks and Spencer. Los alumnos de la Escuela de Hostelería han cocinado el pollo a la Kiiv con mantequilla de hierbas autóctonas y acompañado con tomate con pan rallado y queso, guisantes y puré de patata, siguiendo la receta clásica».
En el ciclo de pastelería han completado el menú con el postre, pasteles de Kiiv. Es un pastel a base de frutos secos y mantequilla, hecho con un bizcocho con avellanas, crema de mantequilla y crema de mantequilla con praliné de avellana- «Lo hemos reinterpretado porque es un pastel con muchos azúcares y muy graso y hecho agradable a nuestros paladares, que no están acostumbrados a una pastelería, quizás diría antigua», ha explicado Sergio Márquez. «Ha sido divertido para ellos, con una vertiente solidaria», ha remarcado el profesor de pastelería.
«Ha sido bonito, nos ha gustado mucho y sentir que los fondos servirán para ayudar, es muy agradable», ha añadido Chaymae Elouahi, alumna del ciclo de pastelería. El alumnado del ciclo realiza cada semana elaboraciones más pequeñas para la tienda del instituto, pero no suelen tener pedidos tan grandes. Márquez ha destacado el reto y ha asegurado que le han superado «con mucha nota». «Es fácil motivarles, son gente joven, muy activos, interactivos, y quieren hacer cosas. El proyecto nos ha servido para conocer la gastronomía de Ucrania, su variedad de productos y su historia, y cada uno se lo ha llevado a su terreno personal», ha añadido Roda.
Los alumnos del ciclo formativo de servicios en restauración de la Escuela se han encargado de servir y repartir los menús encargados, unos pedidos que se cerraron este martes por la noche, cuando se llegó al centenar, pero se han preparado unos cuantos más. Los proveedores se sumaron a la iniciativa y han dado las materias primas para elaborar las fiambreras solidarias y toda la recaudación se dará a Cruz Roja e Intermón Oxfam para ayudar en los corredores humanitarios de la guerra. El menú tenía un precio de diez euros.