Sociedad
Solicitan que se extinga la concesión de la presa de Flix que cumple 75 años en el 2023
Las entidades demandantes reclaman que se derribe «para devolver» al Ebro «parte de lo que se le ha quitado»
La Associació Sediments, la PDE, Ríos con vía, Moviment Social pel Delta de l'Ebre y la entidad de voluntarios del Parque Natural del Delta son las entidades firman la solicitud para que se inicie la extinción de la concesión del embalse de Flix (Ribera d'Ebre). La concesión cumple los 75 años el año que viene y según la legislación, no se puede ampliar – hay informes desfavorables de la Abogacía del Estado y el Consejo de Estado en este sentido.
Acabada la concesión, o bien se vuelve a sacar a concurso, o bien se derriba la infraestructura, como defienden las entidades. «Por seguridad es la opción más factible y ambientalmente se devolvería al río parte de lo que le hemos ido quitando», ha defendido Josep Juan Segarra, portavoz de Sediments.
Pedir la extinción de la concesión «es un paso inalienable» para que este trámite se ponga en marcha. Las entidades por el Delta han presentado la solicitud a la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) y a la dirección general del Agua, y se ha informado la ACA, con una instancia presentada este lunes en la delegación del Gobierno en las Terres de l'Ebre.
La petición reclama que se abra un expediente de extinción concesional de la central hidroeléctrica del embalse de Flix y que «se elimine» toda la infraestructura construida que pueda «revertirse» de la explotación hidroeléctrica. Si no reciben respuesta de la administración estatal, las entidades presentarán recurso pero también piden la implicación de las instituciones catalanas en esta petición que ellos inician.
En el escrito, se señala que la resolución de la extinción debe dar a la compañía eléctrica un plazo de tres meses para presentar un proyecto de demolición. Y es que para las entidades demandantes ésta es «la mejor opción» y la más «factible». Por un lado, por seguridad, puesto que son infraestructuras muy antiguas, y por otro, porque permitiría «restituir» el río Ebro. Josep Juan Segarra, portavoz de Sediments, ha señalado que se recuperarían las migraciones de los peces, la navegabilidad, el paisaje fluvial y, con el río «transcurriendo libremente», también los caudales de los meandros. Sin las presas y las centrales, también habría «un impedimento menos» para recuperar sedimentos para el Delta.
La ley apunta que la demolición de la central y la toma debe correr a cargo de titular de la concesión, en este caso Endesa, o por ejecución subsidiaria del estado español. El mantenimiento de las infraestructuras sería posible «a menos que se hubiera previsto expresamente en el título concesional o que la autoridad competente lo decida». De hecho, un nuevo concurso de concesión es una posibilidad y las entidades temen que Endesa pudiera volver a ganarlo.
La compañía eléctrica tiene la concesión desde 2007. Lq transfirió a la empresa Saltos del Ebro, que la recibió en 1936 y la comenzó a ejecutar en 1948. El próximo año se cumplirán los 75 años de plazo límite, « incluidas prorrogas», como marca el artículo 59 de la ley del Agua. «Entramos la petición para advertir que se ha terminado la concesión y pedimos su fin para devolver el río a la forma en que estaba», ha insistido Jordi Parés, portavoz de Sediments.
Desagües y sedimentos
Para la redacción de la petición han contado con el asesoramiento de Pedro Brufao, reconocido como uno de los expertos académicos más importantes en materia de derecho de Aguas y de la Energía en España, que también es el autor de el informe jurídico en el que la Asociación Sediments, como avanzó ACN, ha sustentado la denuncia contra la gestión de las hidroeléctricas en el tramo final del Ebro, en Riba-roja d'Ebre, Mequinenza y Flix. Este estudio señala que el incumplimiento de las medidas de seguridad en los desagües de fondo de los embalses, la consiguiente retención de sedimentos y el riesgo que esto supone para la población aguas abajo podría servir para declarar caducadas las concesiones de las centrales. El dictamen tampoco descarta que existan responsabilidades penales.
De hecho, en esta solicitud para extinguir la concesión de Flix, se insiste en la CHE que actúe de oficio para determinar la situación de los desagües de fondo y la gestión de los sedimentos acumulados y que lo haga también en Riba-roja y Mequinenza.
Desde la Associació Sediments rechazan las afirmaciones de algunos expertos que minimizan el impacto que supondría para el delta del Ebro la movilización de estos lodos retenidos en los pantanos. Mientras el profesor de Geografía Física de la Universidad de Lleida, Ramon Batalla, apuntaba que los 20 millones de toneladas de sedimentos acumuladas supondrían un «stock» para el Delta durante sólo dos años, desde la entidad aseguran que los sedimentos no dejarían llegar si se mueven los retenidos y que es una cuestión de «voluntad política y técnica». También insisten en que los impactos que generan las hidroeléctricas se «mitigarían» con los beneficios del 25% de la energía producida que deberían entregar al Estado.