Patrimonio
Descubren una veintena de grafitos hechos por milicianos de la Guerra Civil en el fuerte de Millet, en Caseres
El hallazgo se ha dado a conocer en Tortosa en la V Jornada de Arqueología y Patrimonio en el frente del Ebre
Un equipo de arqueólogos ha descubierto una veintena de grafitos hechos por milicianos de la guerra civil española en el fuerte de Millet, en el término municipal de Caseres (Terra Alta). Se trata de inscripciones de nombres propios, fechas y de siglas de sindicatos situadas en las paredes de hormigón del fuerte, una obra del gobierno republicano de unos 180 kilómetros de extensión que quedó inacabada. Según el arqueólogo Pere Rams, la mayoría de grafitos se hicieron durante los trabajos de construcción del fuerte, que nunca llegó a tener artillería. El hallazgo se ha dado a conocer en Tortosa este sábado por la mañana en el marco de la quinta Jornada de Arqueología y Patrimonio de la Guerra Civil en el frente del Ebre, junto con otras actuaciones históricas en el territorio.
Arqueólogos, historiadores, profesores y aficionados a la historia se han reunido este sábado en el palacio Oliver de Boteller de Tortosa en el marco de la quinta jornada de arqueología y patrimonio de la guerra civil española en el frente del Ebre. El encuentro ha servido para poner en común las conclusiones de las actuaciones arqueológicas del último año. Este año, los grafitos de la guerra civil española han tenido un protagonismo especial. La primera de las intervenciones de la jornada centrada en esta cuestión ha ido a cargo del historiador, arqueólogo y profesor Enrique Gil, quien ha destacado la importancia de estas pintadas como método de expresión de los soldados de la época.
Coincidiendo con la Jornada de Arqueología y Patrimonio de la Guerra Civil en el frente del Ebre, los arqueólogos Pere Rams y Josep Maria Pérez Suñé han hablado de la última actuación al conjunto del fuerte de Millet, ubicado en el término municipal de Caseres. Se trata de un elemento de defensa que forma parte de la línea de fortificación del Cinca, que iba desde los Puertos de Tortosa-Beseit hasta el Pirineo oscense. Es en este punto donde se han localizado una veintena de grafitos entre los años 1936 y 1937, siendo este uno de los puntos con más inscripciones de estas características. «Era habitual que los milicianos que trabajaban en la construcción del fuerte grabaran las siglas de sindicatos, fechas o hasta incluso, sus nombres propios en las paredes,» ha detallado Rams.
Según el arqueólogo, hay dos tipos de grafitos identificados a lo largo del fuerte de Millet. Por una parte, se han localizado unas que fueron grabadas cuando el hormigón todavía era fresco y de la otra, inscripciones rascadas a la piedra que podrían ser obra de soldados internacionales. A pesar de la construcción de este elemento de defensa, el fuerte no tuvo nunca piezas de artillería como estaba previsto. La obra, que quedó inacabada, fue encargada por el gobierno catalán, pero chocó con la negativa del gobierno estatal republicano, que priorizaba los esfuerzos humanos y económicos en el frente de batalla y no en elementos de defensa. En cambio, el fuerte sí que fue escenario de combates durante la retirada republicana del frente de Aragón, concretamente entre los días 31 de marzo y 1 de abril de 1938.