Memoria histórica
La vía verde del Baix Ebre honra la memoria de los 2.700 prisioneros forzados por la dictadura a construir el ferrocarril
El consejo comarcal instala en Xerta un panel explicativo con la historia de los excombatientes republicanos
La dictadura franquista obligó a unos 2.700 presos, excombatientes republicanos, a trabajar de formar forzada en la apertura de la vía férrea del Vall de Safan, entre Alcañiz y Tortosa. Formaban parte de los entonces denominados batallones de trabajadores y tenían que soportar durísimas jornadas de actividad a menudo peligrosa, con castigos físicos, mala alimentación y adoctrinamiento fascista constante. Es una de las historias poco conocidas que esconde la actual vía verde del Baix Ebre, uno de los principales puntos turísticos y naturales de la zona por donde pasan miles de personas al año. El consejo comarcal, encargado de su gestión, ha querido honrar la memoria de este colectivo con la instalación de un panel informativo a la estación de Xerta.
Finalizado el conflicto bélico, la dictadura franquista destinó excombatientes republicanos identificados como «desafectos» al régimen, y también algunos desertores de las propias filas, a prolongar la línea hasta Tortosa con trabajo esclavo. En la población de Xerta, punto de acantonamiento de las tropas y los batallones de prisioneros, fueron destinados más de 1.300 hasta 1942.
Hacían tareas como el tendido de raíles o la reconstrucción de los viaductos destruidos por los combates. «En términos generales las condiciones duras o muy duras. Es gente que no había sufrido ninguna causa penal, no tenían ningún juicio: eran prisioneros de guerra, considerados desafectos al régimen, y eran utilizados para rehacer obras de interés para el Estado. Se los tuvo meses o años hasta que se aclaró su situación legal y pudieron volver a sus hogares», apunta Caralt.
Además de ser forzados a trabajar, sufrían mala alimentación, castigos corporales y «orientación ideológica masiva». «Es lo que podemos imaginar como un trabajo esclavo», resume Caralt. Todas estas vivencias, sin embargo, no fueron recogidas por ellos mismos y sólo aparecen difusas en algunos trabajos académicos. Un aspecto que el historiador vinculaa la posible voluntad de los afectados de dejar atrás aquel episodio en el contexto represivo de la época.
En cambio, en la población de Xerta, sí que ha perdurado un recuerdo de aquella presencia. Los trabajadores crearon, junto con vecinos, un equipo de fútbol que acabaría siendo la «semilla» del futuro combinado local. La prensa de la época, incluso, anunció uno de los partidos que jugó el llamado equipo del 'Batallón de Trabajadores de Xerta'.
Desconocimiento vecinal
Su estancia en el pueblo también dio pie a relaciones sentimentales. El Ayuntamiento franquista también los requirió para que se hicieran cargo de algunas obras en el municipio, como la reforma de una capilla. «El vecindario te explica estas cosas, pero desconocen las condiciones de vida real de estos trabajadores esclavos», valla Caralt.
Para reivindicar la memoria de estos trabajadores esclavos del franquismo, el Consejo del Baix Ebre ha instalado unplafón informativo cerca de la estación de Xerta explicando su historia. También incorpora imágenes de la época de los prisioneros y la construcción de la vía así como un código QR para acceder al contenido en castellano e inglés. «Por aquí pasan unas 400.000 personas al año y con este cartel queremos dignificar a aquellos republicanos que durante la guerra y la posguerra se dejaron la vida aquí, construyendo esta vía férrea,» ha apuntado al presidente del Consejo del Baix Ebre, Xavier Faura.
Se trata, apunta Caralt por su parte, de uno de los pocos ejemplos en Catalunya de elementos de divulgación de la memoria de los batallones de trabajos forzados, que fueron obligados a hacerse cargo de varias obras por todo el estado español después de la guerra. Es también una demanda de las asociaciones memorialistas, que luchan por dar visibilidad a un episodio desconocido y con muy poca documentación.