¿Qué pasa si se nos quema el bosque?

Jordi Cugat, Irene Lázaro y Lídia Cugat son tres jóvenes emprendedores de la Fatarella (Terra Alta) que han puesto en marcha un proyecto llamadoRural Planet, con la voluntad de dar apoyo a la actividad agraria, a la vez que dinamizar las zonas rurales y preservar el paisaje. Una de las primeras acciones que llevaron a cabo fue una campaña de apadrinamiento de árboles abandonados, principalmente olivos, con el fin de recuperarlos. Conscientes de que el futuro de nuestro planeta está en manos de los más pequeños, este otoño han puesto en marcha otra acción, en este caso dirigida a las escuelas, en torno a una problemática en aumento: la de los incendios forestales.

La primera experiencia ya se ha llevado a cabo en la escuela Josep Fusté de Alforja, donde el curso pasado ya estuvieron trabajando con los niños de P4 sobre la importancia del campesinado y de los árboles. En esta ocasión, los responsables de Rural Planet han querido acercar a los alumnos el cómo, el porqué y, sobre todo, las consecuencias de los incendios forestales, una problemática que, a causa del cambio climático, está aumentando con respecto a la duración, riesgo y magnitud.

La actividad arranca con una selección de noticias reales del verano pasado que sirve para mostrar a los niños y niñas el impacto de los incendios y como estos a menudo pasan cerca de casa. Acto seguido, se les muestra un mapa de riesgo de incendio forestal en Cataluña, ubicando el pueblo de Alforja y mostrando que nos encontramos en una zona muy sensible a esta problemática.

En la actividad también se pone énfasis en el origen del problema, centrándose en el abandono de los terrenos de cultivo, que son el mejor cortafuego natural, y las consecuencias ambientales que eso comporta. Con toda esta información, los niños y niñas buscan respuestas a la pregunta ¿Cuáles son las causas que provocan que haya tantos incendios forestales?, y acto seguido se forman grupos para trabajar dos cuestiones más: Qué consecuencias tienen los incendios yCómo podemos evitarlos.

«Nos pareció sorprendente y emotivo cómo niños y niñas de edades comprendidas entre los 5 y 11 años pueden razonar sobre esta problemática y dar respuestas tan acertadas», explican desde Rural Planet. Después de mostrarles dos vídeos donde se ve la diferencia entre un campo abandonado y uno cultivado (e insistir en que este es un cortafuego naturales), los escolares disfrutaron de un cuento con final feliz. La segunda parte de la experiencia se hará el próximo 31 de enero, cuando se monte un árbol en medio del patio de la escuela Josep Fusté y los niños y niñas colgarán hojas con respuestas a la pregunta Por qué queremos que no haya incendios?

Desde Rural Planet están abiertos a llevar esta experiencia a otras escuelas, las cuales pueden contactar a través del correo info@ruralplanet.org.