Delta del Ebro
La primera noche de temporal deja intransintable la barra del Trabucador
Las olas y la fuerte corriente abren canales de hasta 0,5 metros de profundidad entre el mar y la bahía de los Alfacs
La primera noche de temporal de Levante ha dejado parcialmente cubierta de agua marina y ha convertido en intransitable la barra del Trabucador, en el Delta del Ebro. Aunque la mayor intensidad del episodio se espera a partir de este martes por la tarde, con ola que podrían superar los cinco metros, el embate marino y las corrientes de fondo ha abierto ya algunos canales, de hasta 0,5 metros de profundidad, comunicando el mar con la bahía de los Alfacs. El tránsito rodado hasta las salinas sólo es posible en tractor en estos momentos. El episodio llega justo cuando todavía el Ministerio para la Transición Ecológica efectúa los trabajos de refuerzo del istmo con arenas a raíz de la afectación por el temporal Gloria del año 2019.
Infosa, la empresa que explota las salinas de la punta del Banya, ha decidido aplazar el tráfico de camiones y busca una solución alternativa para que los trabajadores puedan llegar a las instalaciones.
Por el momento, según el asesor ambiental de la empresa, Cristian Jensen, el istmo «no se ha roto», pese a la existencia de varios «microruptos» a lo largo de sus ocho kilómetros de longitud. Sin embargo, el acceso es únicamente factible con tractor. «Incluso, ahora es imposible con los cuatro por cuatro», indicó. De hecho, uno de los vehículos que transportaba a dos responsables de la empresa se ha quedado atascado este martes por la mañana en uno de los canales de la barra del Trabucador.
La previsión es que a partir de este martes por la tarde el temporal de Levante pueda alcanzar su máximo potencial, con olas que podrían superar los cinco metros e importantes corrientes de fondo. «Esto podría afectar estructuralmente a algunos puntos y podría hacer falta maquinaria para restaurar el Trabucador, pero estamos a la expectativa de ver cómo queda cuando baje el suflé de este temporal», ha subrayado.
El nuevo episodio de inundación llega justo mientras el Ministerio para la Transición Ecológica continúa las labores de refuerzo del istmo con 150.000 metros cúbicos de arena procedentes de la punta de la Banya. Una actuación que, según Jensen, difícilmente permitirá recuperar la capacidad de resiliencia del espacio, muy tocada tras el paso de Gloria y Filomena. «Es una cantidad relativamente pequeña en comparación con lo que uno de esos temporales llegó a mover. El Gloria fueron varios millones y el Filomena cientos de miles», apunta.
«Antes del Gloria, el Trabucador medía 200 metros de ancho, ahora está a unos 50 u 80. Esto significa que está a un 25% de resiliencia de lo que estaba», apunta Jensen, que reclama una mayor aportación de arena . Esto, señala, permitiría conferir a la bahía de los Alfacs una «estructura de resiliencia» para evitar la entrada del mar en los campos de arroz, mantener la actividad de los productores de moluscos y preservar unos valores naturales endémicos de la bahía - como las nacre que sin el Trabucador se perderían.