Las «micro-roturas» por el temporal mantienen cortada la barra del Trabucador

El paso por la barra del Trabucador continúa cortado por segundo día consecutivo fruto de las «micro-roturas» provocadas por el temporal de Levante que azota la costa. La empresa que gestiona las salinas de la Trinitat, Infosa, confía poder reparar y recuperar el tráfico de vehículos ligeros a partir de este jueves por la tarde, una vez remita el oleaje. Los vehículos pesados podrían tardar al menos dos o tres días en volver a circular. Por su parte, fuentes del Ministerio para la Transición Ecológica han apuntado que el espacio sólo se ha inundado y descartan roturas importantes. Remarcan que las obras de refuerzo en marcha de las zonas críticas de la costa del Delta del Ebro han permitido evitar males mayores.

Con la previsión que el temporal pueda bajar su fuerza durante las próximas horas y el agua del mar acabe remitiendo, Infosa prevé poder reanudar la actividad en breve. Creen que con la ayuda de tractores y maquinaria pequeña podrán reparar el acceso hasta las salinas de la punta de la Banya después de dos días de inactividad forzada.

Durante las últimas horas, la fuerza del temporal de Levante, con olas de entre 5 y 6 metros y vientos de unos 60 kilómetros por hora, ha engrandecido algunos de los galatxos y canales comunican el mar abierto con la bahía de los Alfacs. Se trata, sin embargo, de «micro-roturas» que no superan los 50 centímetros de profundidad.

El asesor ambiental de Infosa, Cristian Jensen, cree que a lo largo de este jueves por la tarde los vehículos ligeros puedan llegar ya a las salinas mientras que el paso de camiones puede tardar todavía dos o tres días más. Ha reiterado que la repetición habitual de esta situación se debe a un istmo muy estrecho, «muy débil», respecto la morfología y estructura que presentaba antes del temporal Gloria en 2019, con hasta 200 metros de anchura. «Hasta que no recuperemos eso, por cualquier temporal estaremos inundados y sufriremos roturas», ha lamentado.

Obras que habrían evitado males mayores

Por el contrario, fuentes del Ministerio para la Transición Ecológica han hecho una lectura bastante más optimista de este episodios. Aseguran que los puntos críticos de la costa deltaica, el Trabucador, pero también la playa de la Marquesa y la isla de Buda, han resistido bastante bien los embates del mar, si bien reconocen que ha sido un episodio corto.

Remarcan, en este sentido, que las obras todavía en marcha para reforzar con arenas estos espacios han resultado efectivas y cumplido en buena medida su objetivo, evitando males mayores en estos puntos críticos. En el caso concreto del Trabucador, las mismas fuentes aseguran que no se ha producido ninguna rotura importante de la barra y que únicamente se ha repetido el episodio de inundación que tiene lugar cuando se producen temporales de Levante.

«Ellos lo minimizan porque trabajan desde un despacho y están secos y sin problemas. Nosotros que trabajamos día a día y tenemos que hacer la barra varias veces, que tenemos que enviar quince o 30 camiones diarios, lo vivimos de otra manera. Para nosotros la barra es como el aire que respiramos, un espacio fluido de tráfico, nuestro cordón umbilical, y que sólo que nos lo quiten unas horas o días es una afectación muy grave. Es muy fácil banalizar desde la administración pública cuando ellos no lo sufren», ha respondido Jensen, recordando que hace pocas semanas una pequeña subida del nivel del mar ya inundó y dificultó el tráfico por el espacio.

El asesor de las salinas ha vuelto a reclamar «aportaciones mucho mayores» de arena al istmo para ganar «resiliencia» y la anchura anterior al Gloria para «poder estar tranquilos 20 o 30 años y no ir deprisa y corriendo».