Investigan a los propietarios de un desguace de l'Aldea por un delito contra el medioambiente

Especialistas del Seprona detectaron irregularidades en un desguace de l'Aldea, donde se realizaban actividades relacionadas con el despiece de vehículos ya inservibles y dados de baja.

La investigación comenzó hace meses y se realizó un peritaje oficial, que evidenció una deficiente gestión tanto a nivel físico como documental, de los gases fluorados utilizados para el funcionamiento de los aires acondicionados de los vehículos a motor.

Desde el inicio, el Seprona obtuvo indicios suficientes para pensar que existía un desfase entre la cantidad de gases declarados en los documentos y los que efectivamente habían sido extraídos.

De esta manera, se optó por pedir el apoyo de la Unidad Técnica de la UCOMA, que el Seprona de la Guardia Civil tiene como órgano técnico-científica especializado, con base en Madrid, para estimar mejor el impacto que esta conducta irregular podía tener. Éste peritaje concluyó que se habían producido unas emisiones directas de gases a la atmósfera, en torno a las 2.500 toneladas de CO2 y que en la mayoría de los casos, el protocolo de extracción de gases fluorados había sido inexistente.

La labor de descontaminación de los vehículos exige un protocolo específico por el cual los automóviles deben de quedar libres de todo tipo de fluidos. Según marca la normativa, al final de la vida útil de un vehículo, es obligación del desguace recuperar los gases acumulados en las bombonas para su almacenaje y comunicarlo a la autoridad competente en materia de residuos de la comunidad autónoma, tanto cantidad recuperada como el destino y gestión que se realiza de dichos residuos.

Como consecuencia, se han abierto diligencias y se ha procedido a la investigación de dos personas por presuntos delitos contra los recursos naturales y el medioambiente. Las Diligencias fueron entregadas en el Juzgado en funciones de Guardia de los de Tortosa.También formularon 13 denuncias por infracciones administrativas por diversas irregularidades relacionadas con su actividad.

Las emisiones de los gases existentes en los sistemas de aire acondicionado pueden afectar gravemente a la capa de ozono y aumentan la cantidad de CO2 emitida a la atmósfera, lo que favorece el calentamiento global. Por ello tienen la condición de residuo peligroso y se exige, por normativa, un protocolo y cuidado en su tratamiento y extracción.