Diari Més

Adam Tomàs (ERC) rema contra el desgaste de cuatro años de gobierno cómodo en Amposta

Som Amposta y Junts, con el retorno del exalcalde investigado Manel Ferré, aspiran a romper la hegemonía republicana

De izquierda a derecha: Adam Tomàs (ERC), Germán Ciscar (Som Amposta), Manel Ferré (Junts per Amposta), Jordi Pérez (PSC) y Pau Pujol (Ara Amposta).

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Con 16 concejales de 21, la de ERC en Amposta fue una de las mayorías absolutas más abrumadoras de las elecciones de 2019. El alcalde, Adam Tomàs, aspira a mantener la hegemonía obtenida hace ocho años minimizando el desgaste y la desmovilización de un gobierno cómodo, con una oposición reducida. Frenar una nueva mayoría absoluta de ERC se ha convertido en el objetivo manifiesto del resto de candidatos. German Ciscar quiere capitalizar el liderazgo de la oposición con Som Amposta. También entra en campaña Manel Ferré, que ocho años después de perder la alcaldía y con un caso judicial abierto por el cobro irregular de dietas, encabeza la lista de Junts. El PSC se renueva con Jordi Pérez y la formación municipalista Ara Amposta, con Pau Pujol, reclama su espacio.

La tradicional predilección del electorado ampostino por las amplias mayorías y, particularmente, por las absolutas, ha dibujado escenarios políticos monocolores en el consistorio de forma invariable desde 1991. El triunfo de ERC en 2015 confirmó precisamente esta tendencia pero con un cambio de protagonistas. Hace cuatro años, incluso, el ascenso incontestable de los republicanos estuvo a punto de borrar del mapa municipal a los herederos políticos de la antigua CiU de Joan Maria Roig -renombrados como Junts-, el espacio que durante décadas dominó la política en la ciudad.

Hoy por hoy, pocos dudan que Tomàs volverá a vencer en las urnas el próximo 28 de mayo después de arrasar hace cuatro años con más de 6.000 votos -seis veces más que la segunda fuerza. La incógnita es saber si lo volverá a hacer revalidando la mayoría suficiente para gobernar sin dependencias externas o se abrirá un nuevo escenario que requerirá acuerdos. Los mismos republicanos asumen como virtualmente imposible repetir los resultados de 2019. Pero confían en volver a movilizar al electorado que les dio la confianza entonces y resistir por encima de la línea de los once concejales que marca la mayoría absoluta.

A pesar de todo, no ha sido un mandato plácido para ERC, como hace cuatro años podían presuponer propios y extraños. El gobierno municipal se aferra a los estragos de la pandemia de la covid-19 como el factor explicativo de una cierta inacción en determinados ámbitos de la gestión municipal. Especialmente, en materia de mantenimiento de la vía pública, uno de los principales reproches, que quiere contrarrestar habilitando grandes partidas de recursos específicas el próximo mandato. Tomàs hace bandera de la recuperación de la fachada fluvial, la compra y transformación del edificio del Sindicat así como la creación de cerca de 1.200 puestos de trabajo a través de diferentes iniciativas públicas y empresariales que ha canalizado el gobierno municipal.

El alcalde confiesa que este será, finalmente, el mandato del relevo. Inés Martí y Núria Marco toman protagonismo en una lista donde sólo dos personas repiten en los doce primeros puestos. Más allá de los cambios de posición de destacados miembros del actual gobierno, sobresale el fichaje de Anna Tomàs, que abandonó las filas del PSC hace poco más de un año manteniendo el sitio de concejala, en el número doce.

Ciscar pesca en el descontento

Con la derrota del proyecto postconvergente, German Ciscar y su partido Som Amposta ha liderado prácticamente en solitario la oposición durante estos cuatro años. Dedicado a marcar distancias con su pasado como cartel electoral de la antigua Plataforma per Catalunya, los dos concejales de la formación no han evitado públicas agrias y subidas de tono confrontaciones con el gobierno de Tomàs en los plenos municipales.

Ciscar ha intentado hacer suyo el descontento de algunos sectores de la ciudadanía en aspectos como la limpieza de la vía pública sin dejar de reprochar la falta de transparencia en la gestión municipal ante la gran mayoría republicana o el escaso volumen de inversiones reales durante los últimos años. También, y respondiendo a las quejas vecinales por ocupaciones de viviendas, propone la contratación de empresas que se venden como especializadas en contra de este fenómeno -a las que se acusa a menudo de vinculaciones con la extrema derecha- y apuesta por medidas controvertidas como el establecimiento de controles de acceso en los edificios.

Lo acompañan a la lista el presidente del partido, Josep Dalmau, como segundo, y uno de los fichajes más chalados de la precampaña ampostina: la exconcejala del gobierno de CiU Maria del Mar Panisello, en el número cuatro. Ciscar asume que Som Amposta tendrá un papel decisivo si los republicanos no consiguen la mayoría. No descarta seguir en la oposición y rechaza expresamente pactar con el exalcalde y candidato de Junts por Amposta, Manel Ferré, a quien denunció por irregularidades en el cobro de dietas de forma simultánea por parte de varias administraciones.

El PSC busca recuperarse de las sacudidas

El PSC, partido que llegó a gobernar el ayuntamiento en dos ocasiones durante los años 80 del siglo pasado, ha vivido unos últimos cuatro años especialmente complicados. Primero, con la marcha a la Diputació de Tarragona del último cabeza de lista, Francesc Miró, pocos meses después de las elecciones de 2019, en los que repitió el mismo número de dos concejales. En el tramo final del mandato, la baja de la entonces portavoz Anna Tomàs, que conservó el acta como concejala no adscrita y ahora se presenta con ERC, dejó noqueado el partido.

Ahora, y de la mano del expresidente del CF Amposta, Jordi Pérez, los socialistas quieren renovar la confianza en sus propias fuerzas. Pérez, un hombre campechano y de perfil político discreto, no oculta que una parte importante de sus expectativas electorales se basan en la capacidad de arrastre del voto que pueda efectuar la identificación de sectores de la población con el gobierno socialista de Pedro Sánchez. Incluso, el programa electoral de los socialistas ampostinos quiere apostar, abiertamente, por el mismo tipo de políticas que aplica el ejecutivo estatal.

Crítico con la «patrimonialización» de los cargos cuando acumulan mucho años, Pérez hace bandera de la renovación. En la lista, lo acompañarán profesionales reconocidas del mundo sociosanitario, como Maria José Gómez, al lado de históricos del socialismo ampostino, como Gabriel Perles, en el número 3, la exdiputada en el Congreso Lluïsa Lizárraga, en el seis, o el actual responsable del Servicio de Costas en Tarragona, Toni Espanya, en el siete.

Junts recupera a Manel Ferré

Desarmado y sin liderazgo claro desde hace ocho años, el espacio postconvergente recupera al exalcalde Manel Ferré como candidato de la marca Junts per Amposta. El suyo ha sido uno de los nombres destacados de esta precampaña. Ferré, que abandonó la política municipal después de un mandato cargado de escándalos y de ser derrotado de forma contundente por Tomàs en las urnas en el 2015, se presenta ahora como una víctima de una «campaña mediática» orquestada contra su persona. El hecho de seguir manteniendo la condición de investigado por el caso del cobro irregular de dietas cuando era alcalde, que muy probablemente llegará a juicio, según reitera, tampoco lo ha hecho reconsiderar en ningún momento su retorno.

Presidente del Consorcio de Salud y Social de Cataluña, la calidad de los servicios sanitarios y, en concreto, la gestión municipal del Hospital Comarcal de Amposta serán algunos de sus principales arietes electorales para tratar de erosionar a ERC, junto con la seguridad ciudadana. Ferré, que durante su mandato como alcalde vio cómo la Guardia Civil irrumpía en el centro hospitalario y en el Ayuntamiento para investigar la corrupción en torno a Sagessa y el grupo Innova -un caso, remarca, por el cual ningún cargo de su gobierno municipal fue imputado-, cree que los «amiguismos» castigarán a Tomàs y clama contra lo que considera una «Amposta subsidiada» ante el empuje empresarial que detecta en Tortosa o l'Aldea.

El exalcalde convergente, que intentó sin éxito encabezar una lista unitaria para hacer frente a Tomàs y se abre a todo tipo de alianzas postelectorales, se ha rodeado de una lista integrada en los primeros puestos por jóvenes con poca experiencia en la política municipal como el emprendedor Èric Esteban, en el número dos, y Gemma Cid, procedente del mundo educativo, en el tres.

Evitar las mayorías

Situados, años atrás, en una órbita política compartida con Junts, la lista municipalista Ara Amposta (Ara Pacte Local) concurre a los comicios como heredera de los derechos electorales del PDeCAT, obtenidos hace cuatro años con la marca Junts. Su candidato, Pau Pujol, no reniega de estos orígenes, pero marca todas las distancias posibles con Ferré. La formación aspira a contribuir a la ruptura de las mayorías absolutas que han gobernado la ciudad durante 34 años, como una fórmula de gobierno que ve del «siglo pasado», y carga contra los vicios de los «partidos grandes».

Pujol apuesta por un discurso de «transversalidad» y dar respuesta a las preocupaciones por la limpieza o la seguridad ciudadana del vecindario. Lo hará con una lista en la que tendrá como número dos quien fue candidata municipal de Ciutadans el año 2019, la abogada Cecília Castelló.

Comunistas antitaurinos

Otras candidaturas que contribuirán a los comicios del 28 de mayo en Amposta son la presentada por el Partit Comunista dels Comitès Catalans, encabezada por Albert Santín. De matriz marxista e independentista -con lazos con el gobierno de Aleksandr Lukashenko en Bielorrusia-, es la única lista que ha proclamado abiertamente cortar la financiación municipal de los actos taurinos si llega al gobierno de la ciudad.

También presenta candidatura en Amposta el partido de ultraderecha Vox. Su cabeza de lista, Rafael Gilabert, concurrió como número once de la candidatura de Podem a l'Aldea (Baix Ebre) hace cuatro años.

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