Un estudio niega que los nuevos aerogeneradores del Perelló y l'Ametlla generen riqueza y empleo

La Universidad de Barcelona (UB), por encargo de la Asociación Cova de la Masa, ha cuantificado que el proyecto eólico del Almendruco, en el Perelló y la Ametlla de Mar (Baix Ebre), supondría pérdidas de cerca de 7 MEUR, como mínimo, para vecinos y empresas de la zona.

Con la cuantificación del impacto económico y demográfico, el estudio también desmonta los argumentos de las promotoras de renovables sobre la creación de riqueza y puestos de trabajo. En el área de impacto de l'Ametlló (2.500 metros de radio) hay más de un millar de viviendas, con 220 vecinos con primera residencia. El 70% aseguran que se marcharán si se hace la central eólica, como también cerrarán la mitad de las 65 actividades económicas y se destruirán un 60% de los 130 puestos de trabajo que generan.

La investigación la han hecho los profesores Jordi Vilaseca y Lluís Franco, del departamento de Economía Aplicada de la Facultad de Económicas de la UB, y es «muy innovadora», como ha apuntado el portavoz de la asociación Cova de la Masa, David Roselló, también porque se ha hecho a iniciativa de la ciudadanía.

Como ha recordado el representante de la entidad, «administraciones y promotores, para legitimar los proyectos que trituran el territorio», han repetido «constantemente» los beneficios que obtienen los municipios donde se instalan. «Ahora podemos decir que no es cierto, y con toda seguridad», ha sentenciado. Este miércoles por la mañana, han entregado el estudio al delegado del Gobierno en las Terres de l'Ebre, Albert Salvadó.

Más impacto que beneficios

Según la investigación, el impacto económico de los vecinos y empresas es mucho más relevante que la que pueden tener las centrales de energía. Roselló ha puesto como ejemplo la experiencia del municipio del Perelló, donde hay una setentena de molinos de viento activos desde hace décadas. Según apuntan desde Cova de la Masa, el consistorio ingresa un poco más de 200.000 euros anuales y los puestos de trabajo que generan los parques eólicos «se pueden contar con los dedos de una mano».