El festival UNO-Y-HACIA se estrena en Benifallet

El festival UN-I-VERS se estrena en Benifallet (Baix Ebre) para «sembrar una semilla» de poesía a través de varios formatos artísticos. Hasta el domingo, el certamen acerca este género literario a todos los públicos con más de una veintena de acciones poéticas de pequeño formato que tienen la música, la danza o la fotografía como protagonistas.

Así, se han organizado rapsodas, talleres de haikus y otras actividades para unir la poesía y el territorio. La organización pretende convertirlo en una cita anual para los autores más consagrados y poetas desconocidos. La elección de Benifallet tampoco es casual, según ha afirmado uno de los coorganizadores, Arturo Gaya. «Pensamos que una actividad así en un pueblo pequeño se vive mucho más, todo es más próximo», ha apuntado. A lo largo de tres días, el festival UN-I-VERSdesgrana una programación que busca acercar la poesía a todos los públicos, no sólo para lectores habituados a este género sino también aquellos que no leen. Por eso, se han preparado 25 espectáculos de pequeño formato y de disciplinas artísticas diversas, como es el caso de la música, la danza o la fotografía. Según el coorganizador del festival, Arturo Gaya, se trata de una apuesta para demostrar que la poesía «no sólo está hecha para ser leída», sino que existen diferentes canales para disfrutarla.

Entre las acciones poéticas que se podrán ver en Benifallet también hay estrenos de obras, comoes el caso de Poemes en clau de sol, cançons en clau de lluna de Agustí Garcia, Lo que tengo de Josep Lluís Villa yParaules urgents de Arturo Gaya ySergi Trenzano. Otras, en cambio, son propuestas que ya se encuentran en gira.

De momento, la organización no cifra la previsión de público para esta primera edición, con la cual buscan arraigar en el territorio. El festival toma de referencia otros acontecimientos ya desaparecidos, como el Bouesia del Delta de l'Ebre, y avanza con paso «firme» para convertirse en un encuentro poético anual en las Terres de l'Ebre. A la vez, buscan borrar fronteras entre lectores y autores con actividades en diferentes rincones de la población, como el Calvari o el Convent.