Ecologistas denuncian la mala gestión del Delta del Ebro

Una cincuentena de activistas se han concentrado delante de la Torre de Sant Joan del Delta del Ebro para volver a denunciar la mala gestión que agrava la regresión y la subsidencia de la plana deltaica. A las habituales reivindicaciones, se suma una crítica a la gestión de la sequía y el uso del recurso por parte de la agroindustria cuenca arriba del Ebro, una explotación que condena el tramo final del río y el delta. Ecologistes en Acció, PDE, Sediments y Aigua és Vida piden «una gestión responsable» de la sequía, que deje de ser «interesada», que se contenga la demanda y que se empiece a hablar «de escasez». Denuncian que mientras no se cumple el caudal ecológico a su paso por Tortosa, se santifican nuevos canales de riego como el Xerta-Sénia.

Resistiendo una importante ventolera, el grupo de activistas ha desplegado pancartas en la Torre de Santo este viernes, uno de los símbolos de la regresión del Delta del Ebro. Se ha acercado a pie y con kayaks y han desplegado una gran pancarta a los pies de la estructura. La acción ha coincidido con el día en que se cumplen 40 años de la creación del parque natural del Delta del Ebro y también con la escuela de verano para jóvenes de Ecologistes en Acció.

Desde la línea de costa, ha habido consignas para reclamar más sedimentos y una gestión de la cuenca que frene el deterioro ambiental y patrimonial del Delta, que también representa la torre, degradada y cebada. «Queremos conservar todo el paisaje que tenemos aquí, para dar futuro al territorio, que la gente joven tenga posibilidades», ha reivindicado Josep Sabaté, portavoz de la Plataforma en Defensa de l'Ebre (PDE). Mientras el agua se queda río arriba, sectores socioeconómicos de las Terres de l'Ebre, como el arroz o la acuicultura, se han visto en peligro con la gestión que se hace de la sequía en la cuenca este año.

El portavoz de la asociación Sediments, Jordi Parés, ha recordado que la CHE (Confederación Hidrográfica del Ebro) no está garantizando el caudal ecológico, como se puede comprobar en el paso del río por Tortosa, mientras sigue contemplando nuevas concesiones de riego. «Se santifica el canal Xerta-Sénia para poder llevar agua para cultivos industriales a una tierra de secano. No nos falta agua, hay de sobra. Tenemos que saber que tiene que gestionar y hacer las cosas con sentido criterio», ha defendido Parés.

A las voces del territorio se han unido, este viernes, entidades como Ecologistes en Acció, también con representación de la sección aragonesa, o Aigua és Vida. Víctor Álvarez, presidente de la entidad ecologista en Tarragona y el Ebre, ha insistido en que no es momento de pruebas piloto sino «de acciones directas» para asegurar el caudal ecológico y la llegada de sedimentos al Delta y ha responsabilizado de que eso pase a los «propietarios de los embalses».

Dante Maschio, portavoz de Aigua és Vida, ha reivindicado que la crisis actual no es por la sequía sino «de escasez» del recurso y que hace falta que «dejar de tener zonas de sacrificio», como es el Delta del Ebro. Alertados por el fantasma de los trasvases, insisten en que hay que replantear la gestión hídrica en el país que tiene un sistema actual «que va a la quiebra». «Tenemos que empezar a contener la demanda, acabar también con las privatizaciones del agua y basarnos en pequeñas soluciones de aprovechamiento de aguas pluviales y grises», ha defendido Maschio.

Transformar la producción alimentaria

La contención que reivindica Aigua és Vida tendría que recaer, defienden, en el modelo agrícola y ganadero, donde apuntan que se concentra el 70% del consumo del agua de Cataluña. El futuro tiene que volver a un modelo de agricultura «más de secano y tradicional», y «dejar de hacer negocio con los alimentos simplemente garantizando la seguridad alimentaria y el derecho a la alimentación, igual que el derecho al agua». La entidad también incluye en esta revisión la del modelo turístico y urbanístico y el desequilibrio territorial que generan las áreas metropolitanas.

La activista aragonesa de Ecologistes en Acció, Marina Gros, ha añadido que el 92% del consumo de la cuenca del Ebro va dirigida a la agroindustria mientras «Cataluña sufre sequía». «Necesitamos una moratoria para los regadíos, transformar el sistema de producción alimentaria que no es propio de nuestros ecosistemas y zonas. No podemos producir arroz en el desierto de los Monegros», ha insistido.